Por qué los carteles en blanco se convirtieron en un símbolo de protesta en el Reino Unido

No todos en el Reino Unido lloran el fallecimiento de la reina Isabel II: algunos no están a favor de mantener el régimen monárquico en el país. Por eso, cuando el hijo mayor de la difunta soberana ascendió al trono como Carlos III, sin que nadie lo hubiese elegido, rápidamente, muchas personas se pronunciaron con el lema: “No es mi rey”.

Durante los primeros días de duelo, la Policía de la capital del Reino Unido llevó adelante varios arrestos de manifestantes antimonárquicos, algo que provocó el repudio de las organizaciones de derechos civiles, porque el derecho a la protesta es parte de la legislación del país europeo.

Quienes están en contra de que la figura del monarca se mantenga como jefe de Estado del Reino Unido recurrieron, entonces, a otra táctica: protestas con carteles en blanco. Este tipo de manifestaciones no solo se vieron en Londres en los últimos días, sino también en Edimburgo, la capital de Escocia, mientras pasaba el cortejo fúnebre de la reina. 

Más allá de los primeros incidentes, no se volvieron a registrar detenciones por las protestas en el país insular y la Policía Metropolitana declaró: "El público tiene absolutamente todo el derecho a protestar y hemos dejado esto claro a todos los agentes involucrados en la operación policial extraordinaria que se lleva a cabo actualmente". Las manifestaciones de carteles en blanco reclaman justamente eso: el derecho a protestar.

Una práctica habitual en otras partes del mundo

No es la primera vez que se ve este tipo de protesta en el mundo, pero sí es inusual en el Reino Unido. Las manifestaciones con carteles en blanco suelen verse en mayor medida en países con regímenes más autoritarios y con una estricta censura.

En 2020, durante las protestas contra una nueva ley de seguridad impuesta por China, algunos de los miles de ciudadanos marcharon en Hong Kong con carteles en blanco. En ese entonces, uno de los manifestantes, un hombre de 50 años, explicó a Reuters que no había necesidad de escribir las consignas porque ya todo el mundo se las sabía de memoria, que lo importante era subrayar la censura existente.

Un año antes, en Kazajistán, un joven de 24 años llamado Aslan Sagutdinov fue detenido por sostener una pancarta en blanco frente a las oficinas de las autoridades locales de la ciudad de Oral. "No participo en una protesta y quiero demostrar que me llevarán a la comisaría, aunque no haya nada escrito en mi cartel y no esté gritando consignas", dijo a la prensa.