Increíble: Janus, la tortuga de dos cabezas, cumplió 25 años

Las autoridades del Museo de Historia Natural de Ginebra celebraron hoy a lo grande los 25 años de la tortuga bicéfala Janus. Alcanzar esta edad es todo un acontecimiento para un animal con esta condición, pero el reptil se encuentra actualmente en buen estado.

Los festejos de cumpleaños comenzaron a primera hora de la mañana, cuando Janus —llamada así por el dios romano de dos caras— recibió un desayuno más variado de lo normal y un ramo de flores comestibles para ella tras su habitual ducha con agua tibia. "Normalmente no puede tomar cosas muy dulces, pero hoy le hemos ofrecido este regalo", indicó una de las dos cuidadoras de la tortuga, la colombiana Angélica María Castaño.

La salud de un animal con dos cabezas

A pesar de que la tortuga fue agasajada con un festín que incluyó una ensalada de frutas con frutilla, mango y sandía, la cantidad de comida fue acotada puesto que su alimentación está muy cuidada desde que nació. “Hay que cuidarla mucho porque, aunque tiene dos bocas sólo tiene dos riñones, el régimen alimentario debe ser muy controlado”, explicó castaño.

Hace dos años, sin ir más lejos, tuvo que ser operada para extraerle una piedra en la vejiga. No obstante, por lo demás, se puede decir que es un reptil saludable y que tiene muy bien llevados sus 25 años, lo que más ha vivido una tortuga con sus características, al menos, que se conozca.

"El nacimiento de ejemplares con dos cabezas o dos miembros es relativamente habitual entre serpientes y tortugas, pero no suelen vivir mucho tras el nacimiento”, señaló hoy el director del museo, Arnaud Maeder. Una de las mayores desventajas que tienen las tortugas que nacen así es que no pueden retraer ambas cabezas para protegerlas dentro del caparazón, uno de los principales métodos de defensa frente a amenazas.

Al estar en cautiverio, Janus no tiene que preocuparse por esos asuntos. Al contrario, lleva una vida muy cómoda desde que rompió el cascarón en 1997, pero, eso sí, extremadamente vigilada y cuidada: tiene un régimen de alimentación, de ejercicios y de cuidados especialmente creados para ella.

A veces, la tortuga pasa algunas horas en el terrario para que los visitantes —especialmente los niños— la vean y le saquen fotos. Dichas instalaciones tienen un piso ni muy liso ni muy rugoso para no afectar su artrosis: otra de las desventajas del mayor peso que significa tener dos cabezas.

Esta característica tiene también su matiz cómico porque cada una de las cabezas tiene una personalidad diferente porque tienen dos cerebros distintos. Por ejemplo, la izquierda es “más glotona” que la otra o se producen conflictos entre ambas. "A veces una de ellas quiere ir a un lado y la otra al otro, tener dos cabezas genera ciertos conflictos, aunque al parecer la derecha suele ser la dominante", explicó Maeder.