La fiscalía japonesa acusó formalmente al asesino de Shinzo Abe

La fiscalía de Japón acusó formalmente a Tetsuya Yamagami, el principal sospechoso por el magnicidio del exmandatario nipón, Shinzo Abe, el 8 de julio del año pasado, donde presuntamente disparó y asesinó al político mientras este daba un discurso de campaña. Este crimen sacudió a la comunidad internacional por un ataque que puso en el foco las conexiones entre la religión y la política en la nación asiática.

Yamagami había admitido ser culpable de este crimen debido a la cercanía que tenía el político de la “tierra del sol naciente” con la “Iglesia de la Unificación” o “Secta Moon”, una comunidad religiosa conocida por sus casamientos masivos y su pedido de donaciones agresivas. El asesino del ex primer ministro de Japón afirmó que tenía una muy mala relación con este grupo debido a que la inmensa cantidad de dinero que su madre les entregó llevó a su familia a la ruina.

En un principio se creía que el individuo tenía alguna clase de problema psiquiátrico, aunque los especialistas de la corte le realizaron varios estudios y exámenes médicos que confirmaron que está apto para ser juzgado de manera tradicional. El magnicidio, no obstante, no es el único cargo al que se enfrenta el hombre, ya que la policía de Japón también intentará acusarlo por infringir la ley de fabricación de armas, que es muy estricta en la nación nipona.

Los anteriores intentos

Esta no es la primera ocasión donde Yamagami intentó realizar un ataque terrorista contra los miembros de esta secta religiosa, debido a que en 2019 trató de asesinar a miembros de alto rango de la iglesia, pero fracasó, por lo que giró sus esfuerzos a Abe.

De acuerdo con un tío, la muerte de su padre fue la razón por la cual la madre del magnicida se unió a este grupo, lo que hizo que llegue a donar más de 100 millones de yenes a la iglesia, entre los que se incluían los pagos de seguro de vida de su esposo. Esta situación hizo que uno de los hermanos de Yamagami se quitara la vida.