Los niños de los pueblos originarios son el grupo que más sufre la minería ilegal en el Amazonas

El Amazonas es uno de los lugares más dispersamente habitados de todo el mundo, además de ser una región muy rica en varios recursos naturales, como tierra fértil, árboles, agua y oro. Un problema golpea ahora a Brasil, que tiene que pelear mano a mano con varios grupos de mineros ilegales que ingresan a zonas protegidas y llevan con ellos enfermedades que atacan con fuerza a los pueblos originarios.

Una de las regiones de la nación vecina que más sufre es Boa Vista en el estado de Roraima, cerca de la frontera con Venezuela. Allí miles de estos mineros ilegales buscan oro en una situación similar a la que ocurrió en los años 80 y que mató a un 20% de la población indígena del lugar. Por eso, durante febrero el gobierno de Brasil decidió enviar al Ejército para intentar solucionar este tema, pero en el interín varios niños de la etnia Yanomami se encuentran afectados.

De acuerdo con información compartida por los activistas, en 2022 47 niños de pueblos originarios fallecieron mucho antes de cumplir un año; en 2021 fueron 56 y desde 2018 570 menores de edad murieron en esa parte de Brasil por una mezcla entre corrupción local, el aumento de las bandas de mineros y desidia gubernamental.

“Cuando los chicos Yanomami son traídos por sus familias, la mayoría de las veces es por malnutrición, deshidratación, neumonía y malaria, y casi siempre vienen con tres o cuatro de estos dolores”, indicó a The Guardian Francinete Rodrigues, director del hospital de San Antônio. “Nunca pensamos que lo que ocurrió en los 80 se repetiría, pensábamos que éramos libres”, aseveró al mismo medio Dário Kopenawa, vicepresidente de la asociación Hutukara.

El origen

Similar a las crisis de la década del 80, fue el aumento en los precios del oro y la caserita en el 2016 lo que atrajo a estos trabajadores ilegales al país sudamericano. Además, la llegada de Jair Bolsonaro al poder en 2019 vino con un cambio en el accionar y la capacidad de los grupos que protegen al medioambiente y a los pueblos originarios, lo que permitió que estos individuos puedan manejarse libremente.

Varios de estos mineros están duramente armados y expulsaron a personas de sus hogares, dificultaron a los trabajadores de salud acceder a la región, ahuyentaron a las presas que son necesarias para el alimento y envenenaron el agua con el mercurio utilizado para la minería.