El déficit primario fue de 0,44% pero el fiscal fue del 3,8% del PBI

La gestión de Mauricio Macri quiso cerrar con el cumplimiento de una de las metas planteadas con el Fondo Monetario Internacional, de terminar el año con un déficit primario en cero, pero con una tolerancia de 0,5%. Finalmente, consiguió reducirlo hasta el 0,44%. Sin embargo, el déficit fiscal total terminó en 3,8% del PBI.

Según los datos fiscales publicados, las cuentas públicas terminaron el año pasado con un desequilibrio primario de $95.121,6 millones. Si a esto le sumamos los intereses, el déficit aumentó a $819.406,9 millones.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, $113 mil millones ingresaron al país por única vez y no se repetirán este año. De no haber contado con esa suma, el déficit primario se habría acercado al 1%.

Cabe recordar que, de acuerdo con el programa financiero firmado con el FMI, la meta era de un “déficit cero”. Sin embargo, se consiguió un margen de 0,5% que le vino perfecto al Macrismo. El ajuste en las cuentas públicas equivalió a dos puntos porcentuales del Producto Bruto.

Los gastos que más se recortaron tuvieron que ver con los subsidios y los fondos para obras públicas. De hecho, el dinero ejecutado del presupuesto para vivienda se redujo un 13% y los subsidios a las tarifas, un 9%.

En comparación con 2018, la situación fiscal mejoró. El rojo fiscal total pasó de 5,2% del PBI al 3,8%, mientras que el déficit primario pasó de 2,4% a 0,4%.

Los ingresos al Estado crecieron a ritmo de 51,4%, casi 2,5% por debajo de la inflación anual. Los gastos, en términos generales, aumentaron 37,2%, poco menos de 17 puntos por debajo de la suba de precios.