Tensión por el "desmadrado" uso del transporte público en pleno pico del coronavirus

Con la reapertura de la cuarentena en su última fase creció la circulación de personas en la vía pública y también en el transporte público, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), donde se encuentra el mayor foco de concentración del coronavirus en todo el país, lo que encendió las alarmas del gobierno de Axel Kicillof.

La advertencia vino esta vez de la voz de la ministra del Ejecutivo bonaerense, Teresa García, quien cuestionó el control del uso del transporte en la jurisdicción de Rodríguez Larreta, pero su alerta abarca a este servicio en todo el país.  

"Vamos a insistir con un control más estricto del transporte público y de autos particulares -adelantó la dirigente del Gobierno de la provincia de Buenos Aires- que vemos desmadrado".

La queja de la ministra de Kicillof sobre el creciente aumento del tráfico en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) surgió antes de la cumbre en la que participarán también los ministros de Salud Ginés González García, Daniel Gollán y Fernán Quirós.

Si bien la funcionaria bonaerense entiende que esto "era lógico que iba a pasar" con la habilitación de más y nuevas actividades en la actual etapa del aislamiento social y preventivo, no dejó de mostrar preocupación debido a lo ocurrido en otros países a causa del uso desmedido de las unidades de traslado públicas.

Otro de los que se mostró atento a esta situación es el presidente Alberto Fernández, quien no descartó anunciar nuevas restricciones al respecto ante el aumento de casos positivos de coronavirus en los últimos días.

"Yo sería partidario de restringir más el transporte público y las salidas recreativas a correr -expresó el jefe de Estado- además de poner más controles porque me parece que no los hay suficientes".

Por su parte, la semana pasada el Ministerio de Transporte de la Nación reveló que más de un millón de personas viajaron en transporte público dentro del Gran Buenos Aires. El crecimiento del tráfico no solo se notó en usuarios de trenes, subtes y colectivos, sino también en la circulación de vehículos particulares, de allí devino la repercusión sobre la flexibilización de la cuarentena y la responsabilidad social.