Banderazo en el Obelisco: preocupantes aglomeraciones repudiaron al Gobierno

Las marchas fueron replicadas en todo el país.
sábado, 20 de junio de 2020 · 19:30

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires también fue testigo de las manifestaciones contra la posible expropiación de la cerealera Vicentin, que involucró a provincias del norte, centro y sur del país. Aunque el epicentro del banderazo fue la localidad santafesina de Avelleneda, en el Obelisco también hubo importantes aglomeraciones.

Uno de los factores a destacar de estas protestas masivas (y fundamentalmente de los hechos acontecidos en el símbolo de la Ciudad), fue la poca importancia que los presentes le dieron al distanciamiento social. Debido al presente epidemiológico del AMBA, la situación es aún más grave.

Recordemos que este "Banderazo Nacional" fue convocado por productores y representantes del campo argentino, junto con integrantes de la oposición nucleados tras la figura de Patricia Bullrich. La dirigente fue quien más ha insistido por la participación popular en las polémicas por la intervención de la agroexportadora.

El principal motivo de las movilizaciones, también en el Obelisco, fue la defensa de la propiedad privada. Recordemos que Liliana Hacen, una de las herederas de Vicentin, había calificado las acciones del Gobierno de Alberto Fernández como un atentado contra el Estado de derecho.

Según Bullrich, el oficialismo había cometido un error en la interpretación de la Constitución Nacional, y nada de lo que alega Fernández respecto de una búsqueda de soberanía alimentaria parecía conmover a quienes están fervientemente en contra de la intervención.

Esto quedó demostrado en las marchas en defensa de Vicentin, donde además se acusó nuevamente al Gobierno de estar ejerciendo una dictadura, y se pidió respeto por la "libertad ambulatoria", según informó Página 12. Incluso se acusó a la actual gestión de estar llevando a cabo un "plan de expropiaciones".

Hace poco más de un mes, también hubo discursos reaccionarios en las marchas anticuarentena, cuando se calificó al aislamiento social, preventivo y obligatorio de "infectadura". En aquellos momentos se cuestionó la existencia del virus, y se argumentó que todo lo que la sociedad está viviendo forma parte de una estrategia de manipulación.

En ese proceso participaron varios intelectuales y políticos argentinos que descreen de la necesidad de la cuarentena, y hasta intentaron difamar al epidemiólogo Pedro Cahn, acusándolo de haberse hecho rico con supuestas investigaciones malintencionadas en los comienzos de la propagación del virus de inmunodeficiencia.