ROSARIO
Apagón, zona liberada y encapuchados: qué hay detrás del ataque al jefe de la barra de Rosario Central
Andrés Bracamonte fue atacado por dos o tres personas que huyeron rápidamente.La violencia en las calles de Rosario no es algo nuevo y lamentablemente ha crecido exponencialmente en los últimos años. Este 2024 ha sido bisagra con amenazas a políticos de primera línea y escándalos en las principales cárceles que por momentos parecen tomadas por quienes manejan el narcotráfico de la ciudad.
El último incidente se produjo este sábado después de un partido entre Rosario Central y San Lorenzo jugado en el Gigante de Arroyito, uno de los estadios de la ciudad santafesina. A la salida, desconocidos atacaron a balazos al jefe de la barra brava del Canalla, Andrés Bracamonte, y desde ese momento han surgido diferentes versiones que incluso relacionan al famoso grupo de crimen organizado que aterra a Rosario, “Los Monos”.
Testigos aseguran que pudieron ver cómo dos personas encapuchadas merodeaban la zona del trágico ataque, casualmente donde se produjo un apagón. A su vez, creen que ejecutaron sus armas contra una camioneta Chevrolet S10 donde se encontraba Bracamonte junto a su ladero, Daniel Attardo.
Rápidamente, las autoridades sospecharon que se trataban de sicarios contratados, ya que en ningún momento habrían intentado robar pertenencias de las víctimas fatales. En esta línea, la fiscalía de Rosario asegura que posiblemente haya trabajado un tercer hombre en este ataque.
Los vecinos del territorio rosarino creen que fueron personas relacionadas con el grupo “Los Monos”, quienes pretenderían hacerse con el poder de la barra de Rosario Central, así como ya controlan la de Newell’s. Incluso creen que tiene implicancia con el poder político y judicial del lugar, por lo que denunciaron que fue una “zona liberada” de manera deliberada por los efectivos.
¿Qué dice la autopsia de Bracamonte?
Lo único oficial hasta el momento fue la autopsia de ambos barras abatidos y resulta que ambos recibieron cinco ingresos de balas en su cuerpo. Además, las autoridades confirmaron que fueron a una corta distancia, lo que indica que los homicidas pudieron meter sus brazos por las ventanillas de la camioneta para ejecutar los gatillos.
Todo esto ocurrió en calle Avellaneda Bis al 700, entre Reconquista y Del Valle Iberlucea. La falta de alumbrado público, sumada a la poca visibilidad que había en el momento, facilitó la huida y antes de que lleguen las autoridades, un grupo de hinchas de Rosario Central se acercó para ver qué había sucedido en el lugar, llevándolo a un centro de salud.