Orlando Almeira dejó su legado de trabajo y amor por Villa Pehuenia y Moquehue
El histórico poblador y entrañable vecino falleció a los 86 años.Orlando Almeira se fue en silencio a los 86 años de edad, dejando su legado de trabajo y amor por Villa Pehuenia y Moquehue, territorio neuquino en el que se afincó en el año 1.958.
Desde Minuto Neuquén nos pareció oportuno recordar y resaltar el trabajo realizado por Orlando Almeira, trabajador incansable, camionero, comerciante, esposo, padre de familia, en Villa Pehuenia y Moquehue. Por lo tanto, dialogamos con su hija Marita para que nos comente detalles salientes de su vida.
“Nació en General Acha, provincia de La Pampa, un 5 de julio de 1934. Mi abuelo, peón de estancia, gambeteándole a la pobreza, emigra a Zapala con una familia de ocho hermanos”.
“Su niñez transcurre entre Quillén y Zapala, siempre viviendo donde mi abuelo, consiguiendo trabajo como chofer. En 1952, mi abuelo compra un camión canadiense y llega mi padre a Moquehue a transportar rollizos desde el bosque hasta el playón del lugar”.
“En ese sector se estaban emplazando los piletones, para la preparación de la madera, siendo un auge Moquehue, porque trabajaban en la madera seiscientas familias; lamentablemente, luego de ese furor, Moquehue volvió a la tranquilidad y mermó el trabajo”
“Pacian Garro, mi abuelo materno, era el contratista de toda la industria maderera de la zona. Mi madre, Ester Garro, era la encargada de la entrega de los insumos para su realización. Ahí se conocieron con mi padre”.
“En el año 1958 se afincan en el paraje la Angostura, hoy Villa Pehuenia, con un pequeño negocio de Ramos Generales, donde en los largos inviernos, papá y mamá viajaban con una tropilla de ocho caballos a buscar mercadería a Zapala, único medio de transporte; en uno de esos viajes fueron sorprendidos por una tormenta de nieve y murieron tres caballos”, recuerda Marita Almeira.
El intendente Sandro Badilla lo recordó como una de las personas más importantes en la construcción de Villa Pehuenia y Moquehue, destacando que se fue un vecino entrañable de una calidad humana única.