La historia detrás de la particular remera que uso el Huevo Acuña en los festejos
El jugador neuquino fue el único en no estar con la camiseta de la Selección Argentina a la vista.
Durante los festejos dentro de la cancha tras ganar la Copa América, Marcos “el Huevo” Acuña tenía un look distinto a sus compañeros. Desde la transmisión se preguntaban, sin poder responderse, a qué correspondía la remera blanca con una mariposa en el pecho que tenía.
Recién al día siguiente se conoció la historia y el homenaje que le hizo el jugador neuquino a la hija fallecida de un amigo suyo.
Entre saltos y abrazos en el campo de juego y con una medalla en su cuello, el Huevo Acuña tenía puesta una remera blanca con una mariposa gigante en el pecho y la palabra “Luz” escrita en cursiva debajo. No se la sacó en ningún momento, incluso en las fotos que se sacó con la Copa América en sus manos o con Messi al lado, seguía con la misma casaca.
El misterio se desveló cuando Fabian Ciria, fotógrafo de Racing Club y amigo del futbolista zapalino, le agradeció el enorme gesto.
"Que te puedo decir amigo si no paro de llorar. Si cuando te vi con esa mariposa en el pecho se me hizo un nudo en la garganta. Que en tu momento de gloria te acuerdes de mi Luchy lo dice todo. No tengo palabras para agradecerte. Te quiero mucho campeón", escribió Ciria en Instagram.
Luego, en comunicación con el sitio 299 Deportes, el fotógrafo contó que antes del inicio de la Copa América le había dicho al Huevo Acuña que Luz lo iba a ayudar. “El 4 de mayo perdí a mi hija de 14 años. Y le dije que ella lo iba a ayudar. No me dijo nada pero tuvo esa remera en el banco de suplentes en cada partido por si hacía un gol", detalló.
La alegría de una madre
"Siento un orgullo tremendo, estoy re emocionada por mi hijo", dijo Sara, la mamá de Acuña, a LM Neuquén.
"Me acuerdo de cuando lo llevaba de chiquito a entrenar y él así como una vez estaba resignado otra vuelta me dijo que iba a jugar en la selección", recordó la progenitora del futbolista más exitoso que vió Neuquén.
Es que el Huevo Acuña comenzó a hacer historia cuando simplemente fue convocado por primera vez a la Selección Argentina. Era algo que nunca le había sucedido a un neuquino. Lógicamente, tampoco ningún nacido en estas tierras había sido parte de un plantel campeón con la celeste y blanca. Un nuevo logro desbloqueado para el Huevo, que encima se dio el gusto de haber sido titular.
