Un taxista, otro robo y un milagro en la ciudad

Era una noche más en su trabajo, pero nunca iba a saber este taxista de Neuquén Capital que iba a toparse con la posibilidad de perder la vida en un viaje. Así fue, cuando al salir de la parada ubicada en Gran Neuquén, llegó a levantar a un pasajero en el barrio Z1, que le solicitó dirigirse hasta el barrio Almafuerte II.

En medio del trayecto por la capital provincial, el conductor del taxi 737, llamado Juan Manuel, el viajero conversaba con el conductor, pero al llegar al lugar de destino, la escena viró dramáticamente: el sujeto sacó un arma y le exigió que le entregara todo el dinero que portaba y los objetos personales. 

En lo que fue una reacción impulsiva, el taxista ofreció resistencia y aceleró con su auto, que en ese momento se detuvo y ahí llegó el milagro: debido al tironeo del vehículo cuando se frena intempestivamente, el taxista se cayó hacia el volante, y eso hizo que el disparo ejecutado por el maleante le rozara la nuca, pero no le impactara en su cuerpo.

Un par del chofer de taxi atacado, comentó que en el momento en que el automóvil amarillo se para, en esa zona oeste de Neuquén Capital, Juan Manuel cae hacia adelante, allí escucha el estruendo, y sintió que la munición le pasó por la nuca, "sintió el aire de la bala", dijo textualmente. 

Allí, el ladrón escapó raudamente del sitio y no se lo pudo capturar en el momento, pero ya se tendrían los datos personales de su identidad.

Los taxistas, el blanco predilecto

Los antecedentes de estos ataques son varios en la provincia. El pasado 6 de julio hirieron a un taxista en una misteriosa situación en Plottier, en el barrio El Chacay y en marzo, otro chofer fue herido de arma blanca en la ciudad, por nombrar dos ejemplos, aunque hay decenas.

Entre los casos resonantes que fueron de graves consecuencias en Neuquén, se recuerda el del 13 de julio de 2019 cuando Pablo Sánchez, sufrió un asalto en el barrio Villa María. En ese hecho, una herida le dañó la médula y lo dejó en silla de ruedas. Más atrás en el tiempo, en un hecho de inseguridad, terminaron con la vida de Rogelio San Miguel. Hablamos del año 2011, sobre calle Don Bosco al 1100 y el incidente motivó decenas de protestas del sindicato y de sus pares para que se esclarezca el hecho, que terminó con prisión perpetua para el autor del suceso, llamado Gerardo Rubén Fuentes.