Se suspendió la peregrinación a la Virgen de Luján de Centenario

Debido a la pandemia de coronavirus, la Diócesis de Neuquén decidió suspender la peregrinación a la Virgen de Luján de Centenario que estaba programada para el próximo domingo 26 de septiembre.

En vez de realizar la multitudinaria marcha en honor a la Virgen de Luján, “Madre del Pueblo”, se llevará a cabo una misa que será transmitida en vivo para que todos los vecinos de la localidad neuquina puedan conmemorar a la santidad.

"Dada la situación sanitaria que aún nos exige seguir cuidándonos, este año se ha decidido suspender la habitual Peregrinación a la Virgen de Luján de Centenario", explicó la Diócesis de Neuquén a través de redes sociales.

"Con las medidas de prevención ya conocidas, nos uniremos en oración en la misa que se celebrará en la plaza este domingo 26 a las 11:00 horas. Será transmitida a través de la página de Facebook de la Diócesis", aclararon.

No es la primera vez que se suspende la marcha en Centenario. El año pasado, cuando la propagación del virus era mucho más fuerte, la sede cristiana también suspendió la peregrinación y, en su lugar, realizó una misa que se transmitió de manera online y que contó con el sorpresivo mensaje del papa Francisco.

Historia de la Virgen de Luján

En 1630, un hacendado portugués radicado en lo que hoy es la Provincia de Santiago del Estero le pidió a un compatriota que vivía en Brasil que le enviara una imagen de la Inmaculada Concepción de María para construir una capilla en su estancia en honor a la Virgen.

Resulta que su amigo le envió dos imágenes para que pudiera elegir. En mayo de 1630, las imágenes de la Virgen llegaron al puerto de Buenos Aires procedentes de San Pablo. Las fotos, que se encontraban dentro de un cajón, cada una, fueron colocadas en una carreta que las llevaría hasta la provincia del norte argentino en una caravana.

Luego de tres días de viaje, la carreta frenó a 10 leguas de la actual ciudad de Luján, en el paraje de Zelaya, para pernoctar en la Estancia de Rosendo de Trigueros. Al día siguiente, cuando la carreta estaba por salir, los bueyes que la tiraban no podían mover el transporte.

Después de sacar y sacar carga, bajaron uno de los cajones y los bueyes iniciaron la marcha sin dificultad. Intrigados, los hombres que dirigían el carro abrieron el baúl y encontraron una imagen pequeña de arcilla cocida que representaba la Inmaculada Concepción. Los hombres creyeron que era un hecho providencial y decidieron dejar la imagen en custodia de don Rosendo de Trigueros, quien luego le construyó una ermita para que los vecinos la veneraran.