Despensas y pequeños mercados de Neuquén no tienen escudo contra la inflación

Los comerciantes de pequeños mercados aseguraron que pelean con la inflación de manera constante y aseguran que el consumo bajó, los impuestos aumentan, los proveedores brindan casi todas las semanas una nueva lista de precios y frente a todo esto tienen que juntar el dinero para pagar los costos fijos del local.

Cabe resaltar que estos comercios no cuentan con el programa de “Precios Cuidados” y día a día anticipan las cifras de la inflación, ya que varios sostienen que el aumento de precios sucede semana a semana y esto preocupa a todos los consumidores.

En este contexto, los mercantes sienten que caminan sobre una cuerda delgada, porque saben que podrían trasladar el costo de la inflación a los productos al remarcar los precios, pero se arriesgan a perder parte de los clientes o sufrir una caída en sus ventas.

Testimonio en primera persona

En diálogo con LM Neuquén, Sergio Mercado, propietario de una despensa y una verdulería en avenida del Trabajador, reconoció que “los preventistas muy pocas veces te pasan el aumento por mensaje de WhatsApp. Por eso, cuando te agarra el aumento para reponer la mercadería fuiste para atrás”.

No obstante, indicó que en caso de los lácteos, los proveedores avisan con anticipación que llegará un aumento y eso les permite “acomodar un poco el precio para que no nos agarre descuidados". También reconoció que en los últimos días el aceite, la harina y sus derivados fueron los bienes que más se acrecentaron.

“Tenemos muchos artículos que compramos una vez cada 15 días y cuando vamos a reponer no podemos. No tenemos espalda. Y si comprás mucho, por las dudas, tampoco sabés si lo vas a vender”, explicó Sergio, quien aseveró que el nivel de ventas bajó, principalmente en lácteos y productos enlatados.

Por su parte, Andrés López, dueño de un almacén con carnicería, ubicada en República de Italia, explicó que lo más le cuesta es tener un respaldo económico para bajar los pedidos en su local todos los días, ya que por la inflación, los proveedores traen nuevos precios en la mercadería.

“Es lo más difícil. Por ejemplo, hoy llegó el fiambre con un 15% de aumento. Es una locura. El aceite tengo que venderlo 540 pesos y es de segunda o tercera marca. El pan se fue a 300 pesos el kilo. En dos semanas aumentó 100%. No se puede”, expresó López.

En este contexto, señaló que para que el cliente entienda que el comerciante no aumenta porque sí, “yo les muestro la boleta del pan que me dejan todos los días. Además de los impuestos y los servicios. De luz me llegaron 67.000 pesos y mi local es muy chiquito. Sumale el alquiler. Por suerte, no tengo empleados”.