Vecinos de Los Catutos denunciaron engaño para quitarles el terreno de la Iglesia

A través de un comunicado, integrantes de la comunidad católica de la Iglesia Nuestra Señora de Fátima del Paraje Los Catutos hicieron pública una “dolorosa y triste” situación que comenzó con la pandemia de Coronavirus. Denunciaron que fueron engañados por la familia Salazar, quienes afirmaron que ”habían comprado la casa y el terreno de la iglesia”.

Se trata de Carlos (Cacho) Salazar y su familia, quienes “ingresaron a la casa pastoral y misionera de la iglesia católica, quedándose y permaneciendo en la misma, sin autorización alguna, dejándonos sin ese espacio para el desarrollo de la catequesis y la misión del verano, entre otras actividades”, señalaron y agregaron que este grupo familiar no pertenece a Los Catutos, ya que “convenientemente desde hace poco tiempo realizó cambio de domicilio”.

Explicaron que la familia Avendaño donó las propiedades y los ocupantes se han valido de “intentos fallidos” para “hacerles firmar papeles confusos”. Detallaron que “el único comprobante de las tierras es un boleto de compra y venta a nombre de la congregación salesiana, que hoy en día corresponde al valor de $50.000”.

“La familia Salazar perteneciendo al grupo misionero hacía uso permanente de la casa de la comunidad y de la Iglesia, situación cotidiana para un misionero. No obstante, la casa se fue transformando en ‘su’ casa y la iglesia en ‘su’ salón de depósito”, recalcaron y precisaron que los vecinos de Los Catutos “no fuimos informados en torno a dicha posesión de la vivienda y del terreno”.

Aseveraron que solo reconocen que “la casa de la iglesia católica era la casa de toda la comunidad, especialmente de los niños y no de una familia” en particular. “Queremos que Carlos (Cacho) Salazar y su familia devuelvan la casa, entreguen la llave y el terreno de la comunidad católica a la que pertenece”, concretaron.

Oficios y talleres para la comunidad

Los damnificados rememoraron que en la Iglesia Nuestra Señora de Fátima del Paraje Los Catutos “aprendíamos oficios, se dictaban talleres de costura y carpintería”. Además, “se fue transformando en una casa con candado, reduciendo el espacio para la contención de niños y adultos”. Sin embargo, el espacio que le quedó a la comunidad no cuenta con baños y cocina, sino que utilizan unos improvisados, mientras que se le pide a la comuna un salón para que los misioneros puedan dormir en tiempos de misión.

“Todos los habitantes de Los Catutos sabemos que la Comisión de Fomento construyó los baños externos a la casa con la donación de los materiales por parte del padre Renzo y las modificaciones que se les fueron realizando a fin de mejorar las condiciones de habitabilidad de la vivienda, cuyo fin nunca fue el uso particular de la familia Salazar, sino prestar un servicio a la comunidad”, cerraron.