El policía que le disparó a su amigo fue imputado por homicidio y quedó detenido

El efectivo de policía de la Neuquén que cuenta con dos años de antigüedad, Nicolás Leopoldo López, le disparó “a quemarropa” a otro joven con su arma reglamentaria y lo mató al instante. Quedó detenido con prisión preventiva y acusado de homicidio simple.

Según detalló la fiscal del caso, Eugenia Titanti, el jueves por la tarde el agente disparó y mató a Diego Escobar. La víctima estaba en el taller donde trabajaba, ubicado en la zona centro-oeste de la ciudad de Neuquén.

Titanti pidió prisión preventiva para López por considerar que “existe riesgo de que el imputado no se someta al proceso”. La fiscal detalló que Escobar se encontraba en su lugar de trabajo junto a sus dos primos y otro empleado.

“Cuando uno de los familiares de la víctima salía del taller para realizar unas compras se topó con López, quien portaba su arma y, sorpresivamente, le apuntó en el pecho y apretó el gatillo, sin que saliera el proyectil”, indicó la fiscal y agregó que el familiar le afirmó que no haga eso, “que no era un juego”.

El acusado no hizo caso a la advertencia y volvió a hacer lo mismo, pero con Escobar. “Esta vez, el disparo se efectuó, por lo que la víctima murió casi de inmediato”, aseguró la funcionaria. 

Por su parte, el asistente letrado de la fiscalía de Homicidios, Bruno Micciulo, que forma parte del equipo que trabaja en el caso, señaló que en la teoría del Ministerio Publico Fiscal (MPF), “el imputado actuó con total desprecio por la vida y por la capacitación e instrucción que recibió”.

El agente de la policía de Neuquén, después de disparar, no quedó incomunicado ni esposado y, según indicó el diario de General Roca, López se comunicó por teléfono con su jefe en la comisaria 41, de apellido Catalán. “Me mandé una cagada, le disparé a un pibe, fue una joda que salió mal”, le aseguró.

Acusado por homicidio simple

El efectivo de la policía, Nicolás Leopoldo López, fue imputado por homicidio simple “agravado por el uso de arma de fuego”, una pena que asciende a los 10 años y 4 meses de prisión como mínimo. “Este desprecio por la reglamentación y por su función nos hace pensar que si no pudo acatar eso, menos se someterá al proceso penal”, argumentaron desde la fiscalía al solicitar la prisión preventiva por 4 meses.