Contaminación con PCB: cuáles son los peligros reales para la salud

La investigación, que comenzó hace poco más de un mes por la contaminación con PCB contenido en transformadores de la Cooperativa de Servicios de Plottier, sumó un nuevo elemento, ya que descubrieron que dos equipos fueron manipulados para extraerle el líquido cancerígeno y colocarlo en bidones que luego desaparecieron.

La preocupación de la comunidad se sostiene en el peligro que representan para la salud los bifenilos policlorados, conocidos como PCB y que se utilizaron en los transformadores, reguladores, capacitores y otros equipos eléctricos fabricados hasta 1985, cuando fueron prohibidos y se vio restringido su uso por ser considerado “un producto cancerígeno, representando un peligro para la salud humana y el medioambiente”.

Organismos internacionales de investigación consideraron que existen suficientes evidencias para clasificar a los PCB como “agentes cancerígenos en humanos” con efectos sobre la salud, tales como daño hepático, alteraciones en el sistema inmunológico y endócrino, hiperpigmentación de las uñas y de la piel, entre otras patologías, que pueden ingresar al organismo por vía oral, digestiva, por inhalación y por el contacto con la piel.

El mayor peligro que representan para la salud de los seres humanos es por la generación de subproductos extremadamente tóxicos, como las dioxinas y los furanos, que se producen por la combustión incompleta de los aceites en el caso de incendios de transformadores.

La principal ruta de ingreso al cuerpo humano es a través de la ingesta de alimentos contaminados, por el contacto del producto con la tierra y el agua, o por ser ingerido por microorganismos y peces que a la vez constituyen alimento para otros animales y llegan a las personas a través de la cadena alimentaria.

Efectos del PCB en la salud de las personas

Se han divulgado numerosos estudios sobre la presencia de la sustancia cancerígena en la lecha materna y sobre los efectos en los niños nacidos de madres expuestas. Una vez ingresada en el organismo, la sustancia se acumula y puede producir irritación de los ojos, conjuntivitis, lesiones en la piel, anemia, daños hepáticos, afectaciones en los sistemas nervioso, reproductivo, cardiovascular y neurológico, y hasta diferentes tipos de cáncer.