Hacinados y sin accesibilidad, así trabajan en la dependencia que da planes a adultos mayores

“En este espacio trabajamos dos trabajadores. Hasta la semana pasada había un escritorio más y éramos tres en un espacio muy reducido como verán”, afirmó José Castro, uno de los trabajadores de la dirección provincial de Fortalecimiento. 

“Está la escalera, lo cual se torna totalmente inaccesible para los adultos mayores para subir y para bajar”, comentó Castro desde el pequeño reducto de la planta alta, mientras señalaba cómo era la pendiente de la escalera que conectaba con el diminuto espacio del nivel inferior. 

Miguel Pezzali, delegado de ATE, comentó que el edificio nuevo fue prometido hace un año y medio atrás, que iba a ser accesible para adultos mayores, en planta baja y sin escaleras. “Hoy están hacinados 15 trabajadores en un sector de cuatro por cuatro (metros), con una escalera que baja para acceder al baño, con adultos mayores que no tienen movilidad”, detalló.

Pezzali detalló que por las condiciones actuales de trabajo, la nueva directora provincial, Teresa Bascur, les impuso a sus compañeros una nueva modalidad de trabajo porque “las condiciones del lugar no dan”. Se trata del sistema de burbujas que se utilizó durante las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus.

Esta demanda histórica de los trabajadores de la dirección provincial de Fortalecimiento, que brinda programas para ayudar a adultos mayores en situación de vulnerabilidad, se sumó a otra que se ha acelerado en los últimos meses. Quienes reciben el beneficio tienen un tope de hasta 70 mil pesos para que puedan cubrir sus gastos de alojamiento, alquiler o conseguir productos de la canasta básica. 

Durante la mañana del viernes, los empleados de la dirección provincial de Fortalecimiento, dependiente del polémico Ministerio de Desarrollo Social, realizaron una manifestación frente a la sede de calle Brown para visibilizar ambas problemáticas.