Lo condenaron por los intentos de femicidios de una madre y su hija en Picún Leufú

Un hombre fue condenado a 11 años y 4 meses de prisión por la tentativa de femicidios de su expareja y la hija de esta, en una vivienda de la localidad de Picún Leufú. Tras esa fallida faena, el hombre se colgó de una viga con una soga al cuello, pero los policías llegaron a tiempo y le salvaron la vida.

La fiscal Gabriela Macaya había solicitado 15 años de prisión, pero el tribunal integrado por los jueces Lisandro Borgonovo, Eduardo Daniel Egea e Ignacio Pombo le impuso 11 años y 4 meses a L.A.P., así se lo identificó para proteger la intimidad de las mujeres víctimas de la agresión.

Así, L.A.P. fue declarado, en marzo, culpable de los delitos de homicidio agravado por el vínculo. Esto, por haber sido cometido contra quien mantuvo una relación de pareja, mediando violencia de género (femicidio) y con el uso de un arma de fuego, en grado de tentativa, en concurso real, con el delito de homicidio agravado por el uso de un arma de fuego en grado de tentativa.

Este hecho fue investigado en forma conjunta por el fiscal jefe Gastón Liotard, la fiscal del caso Gabriela Macaya y por el asistente letrado Federico Cuneo.

El hecho

Los graves episodios por los que L.A.P. fue condenado ocurrieron el 28 de febrero de 2023 a las siete y veinte de la mañana en una vivienda de Picún Leufú.

De acuerdo con lo que la fiscalía dio por probado, el condenado concurrió a la casa de la víctima y se escondió en el patio. Cuando la mujer salió de la vivienda para cargar la camioneta porque iba a emprender un viaje, el hombre la sorprendió y comenzó a golpearla.

En medio de gritos de la mujer que le pedía ayuda a su hija para que llame a la Policía, el agresor sacó de su cintura un revólver calibre 38 con el que comenzó a propinarle golpes con la culata en la cabeza.

La hija de la mujer salió al patio alertada por los gritos, pero también fue recibida con un fuerte golpe con el arma en la cabeza. El hombre gatilló, pero los proyectiles no salieron, situación en la que la mujer aprovechó para darle un empujón y quitarle el revólver, al que tiró al patio de una vivienda vecina.

Madre e hija huyeron presurosas al interior de la casa, mientras que L.A.P. permaneció por unos segundos en el patio, tomó una soga, se la enlazó al cuello, ató la otra punta a un tirante y se colgó.

Segundos después, arribaron al lugar varios efectivos policiales que habían sido alertados, cortaron la soga y descolgaron al hombre, al que tras la atención médica primaria, llevaron detenido a la comisaría. Poco después, fue acusado de doble tentativa de femicidio.

Además, se encontraron cuatro cartas que había dejado, en las que explicó el porqué de la determinación que adoptó.