Patagonia
La gran hazaña de una mujer que cruzó la Patagonia a caballo
El relato de la joven estadounidense que cabalgó durante tres meses la meseta de la Patagonia.“Quería conocer la Patagonia campera, su gente, sus costumbres y esa sensación de no saber con qué amanecer o atardecer me iba a recibir este lugar”, expresa Ana Plummer, una estadounidense que decidió, hace cuatro años, emprender una gran hazaña: cruzar la Patagonia a caballo.

“El viaje me cambió la vida”, dice la joven, ahora desde Minnesota, un pequeño pueblo norteamericano que linda con Canadá. Expedición “Patagone” es el nombre que Anna le dio a su increíble aventura, pero la idea de atravesar la Patagonia cual peregrinaje no surgió de un día para el otro, necesitó más de dos años de planificación y preparación.
El deseo de viajar
“Al llegar, comencé a trabajar con Carol Jones en la Estancia Nahuel Huapi. Cuando conocí un poco más de acá y las montañas, quise conocer más la Patagonia, la cordillera. Me encantó la cultura del campo y la mejor forma de viajar por la Patagonia es a caballo”, explica en un correcto español.
Así, la estadounidense emprendió su viaje por el sur junto a su perra Darcie y sus dos caballos, Bandido y Sundance, el 3 de noviembre de 2017. “El primer día fue el más largo y estresante. Salir de Bariloche llevó horas de andar a caballo por calles muy transitadas, preguntándome todo el tiempo si me habría olvidado algo de equipo”, cuenta Anna.
Con la piel cortada por el viento frío y una boina sobre su cabeza, Plummer transitó los dos mil kilómetros que unen a Bariloche con El Chaltén, luego siguió su recorrido por el sur, siempre al borde de la Cordillera.
Aceptar la incertidumbre
Para avanzar a un buen ritmo, Anna recorría cada jornada unos 30 o 40 kilómetros. “Todos los días de mi vida tengo un recuerdo de aquel viaje. Arrancaba a las 03:00 de la mañana y tenía un horizonte distinto cada día, con un lugar nuevo y con mis animales”, recuerda.
A cuatro años del viaje, Anna reflexiona sobre cómo manejaban el día sin saber con qué se iban a encontrar. Los mapas ayudaban, pero como tomaban caminos alternativos, cualquier cosa podía suceder. En ese sentido, sostiene que la cordialidad de las personas que conocía era una caricia al alma y un motivo para seguir con la marcha.
“El contacto con la gente fue mucho mejor de lo que esperaba. Desde comida, agua y pasto para mis caballos, un lugar para dormir. Fue lo más importante y más lindo de todo el viaje”, afirma en diálogo con AM 550 y 24/7 Noticas.
Ser parte de la historia
Sin saberlo, Anna se convirtió en la segunda mujer que recorrió la Patagonia a caballo. La primera fue Charlotte Fairchild, quien empezó su viaje en Río Gallegos y terminó en Buenos Aires.
“Estoy contando los días para volver en enero a la Patagonia, es un lugar muy especial para mí en mi vida”, expresa la joven, quien concluye que lo mejor del viaje es que "es el camino el que te lleva a un lugar, a una emoción, a una experiencia que es muy difícil de explicar”.