Aimé Painé: quién fue la cantante mapuche que hoy es homenajeada por Google
En Argentina no pudo grabar un disco, pero se consagró como referente de la cultura originaria en Europa.Es probable que muchos no conozcan a Aimé Painé, aún cuando forma parte de la historia de las mujeres más destacadas de nuestro país por haberse dedicado, a través de la música, a la difusión de la cultura y las tradiciones mapuches. Aunque fue separada de su comunidad natal a los tres años, investigó las raíces de su familia y se convirtió en una activista en defensa de los derechos de los pueblos originarios.
La vida de la cantante mapuche pareció responder al conocido dicho popular que asegura que “nadie es profeta en su tierra”. En Argentina su voz y su lucha pasaron casi inadvertidas y nunca tuvo la posibilidad de grabar un disco con ninguna empresa discográfica. Sin embargo, recorrió España y otros países de Europa donde contó las historias de su pueblo y denunció las situaciones de avasallamiento que históricamente sufrió la comunidad mapuche.
Hoy Aimé Painé cumpliría 78 años, ya que nació el 23 de agosto de 1943 en la localidad rionegrina de Ingeniero Huergo. Sin embargo, falleció a sus jóvenes 44 años. El 3 de septiembre de 1987 se desmayó mientras participaba de la grabación de un programa de televisión en Paraguay. Había sufrido una hemorragia cerebral por la que fue operada de urgencia. Sin embargo, nunca salió del estado de coma y finalmente falleció el 10 de septiembre.
Una carrera musical atravesada por el activismo
Tras ser separada de su familia biológica, Aimé Painé pasó por varios establecimientos educativos en los que sufrió en carne propia la discriminación por sus raíces originarias. Sin embargo, en esos espacios y gracias a su familia adoptiva pudo descubrir el talento de su voz y formarse como cantante.
Una vez que se independizó y después de haber cantado en varios coros gregorianos, volvió a la Patagonia para impregnarse de la historia de su pueblo y descubrió que a través de la música podía difundir la cultura y defender los derechos de la comunidad mapuche.
Fue así que adoptó el nombre de Aimé, que significa atardecer rojizo, y comenzó su recorrido por países europeos. De esa manera, llevó los instrumentos, las danzas, la vestimenta y las costumbres originarias hasta el viejo continente, donde además participó de la Conferencia sobre Poblaciones Indígenas del Mundo, en Ginebra y del Comité Exterior Mapuche, en Londres.