Hoy se celebra un nuevo aniversario del natalicio de Ceferino Namuncurá

Un 26 de agosto de 1886 nacía en Chimpay, Río Negro, el beato Ceferino Namuncurá, un joven salesiano que aspiraba a ser sacerdote y que tenía orígenes mapuches. Actualmente, es el santo más popular de todos en la Patagonia, pero a 135 años de su nacimiento, la situación sanitaria impide, por segundo año consecutivo, la realización de peregrinaciones en su honor.

Así lo decidió el obispado de Viedma. De hecho, el Monseñor Esteban Laxague había expresado meses atrás que no habrían actividades conmemorativas al santo criollo, ya que se busca evitar aglomeraciones de personas y para reducir la propagación de virus del COVID 19.  

Ceferino Namuncurá, quien heredó su nombre de su propio padre, fue proclamado beato el 11 de noviembre de 2007, luego de que la Iglesia Católica lo decidiera. Desde mediados del siglo pasado es considerado uno de los santos populares más importantes del país.

En su corta vida, Ceferino Namuncurá tuvo un paso por los talleres de la Armada en la Ciudad de Buenos Aires. No obstante, luego de tres meses se dio cuenta que no era la actividad ni el ambiente para él. Fue entonces cuando le recomendaron a su padre que lo inscribiera en el Colegio Salesiano.

Allí, el joven de origen mapuche aprendió a hablar castellano y se interiorizó en los temas católicos. Recibió su primera confirmación en 1898 y su confirmación en 1899. Sin embargo, sus planes de vida se vieron afectados en 1902, cuando su salud se deterioró considerablemente y fue diagnosticado con tuberculosis.

Su fallecimiento en Italia y el milagro

Luego de dos años, en julio de 1904, a los 17 años, Ceferino Namuncurá viajó a Turín, Italia, puesto que los salesianos consideraban que el país del viejo continente sería el lugar adecuado para que el joven argentino recuperara su estado de salud y continuara sus estudios abocados a la religión.

Su estadía en Italia estuvo marcada por un hecho histórico: conoció al Papa Pío X y le regaló un poncho mapuche. Sin embargo, en marzo de 1905, la tuberculosis le provocó otra recaída y, finalmente, el 11 de mayo Ceferino Namuncurá falleció a los 18 años de edad.

Según recuerda el Ministerio de Cultura de la Nación, “en 2007, una junta médica del Vaticano consideró que la curación de Valeria Herrera, de 24 años, fue un milagro por la intercesión de Ceferino Namuncurá”. Y agregaron: “La joven padecía cáncer de útero y sus familiares le encomendaron su sanación a Ceferino. Valeria se curó y pudo tener hijos. Este fue el antecedente que se tuvo en cuenta para su beatificación”.

Finalmente, en agosto de 2009, sus familiares decidieron trasladar sus cenizas a la Comunidad de San Ignacio, en el departamento neuquino de Huilliches. Está ubicado a 60 km de Junín de los Andes y sus restos fueron tratados bajo el rito de la religión mapuche.