Turismo Chubut
Todo lo que tenés que saber antes de visitar el Parque Nacional Los Alerces, el bosque más antiguo de Sudamérica
Naturaleza, historia y paisaje de otro planeta.El Parque Nacional Los Alerces es una de las joyas naturales más impactantes de la Patagonia argentina. Ubicado a unos 40 kilómetros de Esquel, este área protegida se extiende sobre más de 250 mil hectáreas y fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Su principal atractivo es el alerce milenario, un árbol que puede superar los 2.500 años de antigüedad, lo que convierte a esta reserva en el bosque más antiguo de Sudamérica. La belleza del paisaje, compuesto por lagos, ríos, montañas y senderos, lo vuelve ideal para quienes buscan aventura y conexión con la naturaleza.

Entre las actividades que se pueden realizar, se encuentran las caminatas por senderos señalizados, paseos lacustres, pesca deportiva y la navegación por el lago Futalaufquen. Uno de los recorridos más recomendados es el que lleva al Alerzal Milenario, al que se accede mediante una excursión embarcada y una caminata guiada. El Parque Nacional los Alerces también cuenta con zonas de acampe y servicios para quienes deseen pasar más de un día en contacto con el entorno. La flora y fauna del lugar son únicas, conviven huemules, pudúes, zorros y más de 120 especies de aves.

El ingreso al Parque Nacional los Alerces es arancelado y el precio general de la entrada para turistas nacionales es de $4.500. También hay tarifas diferenciales para residentes provinciales, jubilados y estudiantes. La temporada alta va de octubre a abril, aunque se puede visitar durante todo el año. Para quienes planean su viaje, se recomienda llevar calzado cómodo, abrigo y agua potable. Además, está prohibido hacer fuego fuera de las zonas habilitadas y es fundamental respetar las normas para preservar este valioso ecosistema.

El Parque Nacional Los Alerces está ubicado en el oeste de la provincia de Chubut y alberga un bosque milenario único en el continente. Cada rincón invita a descubrir paisajes que parecen detenidos en el tiempo, donde la tranquilidad y la majestuosidad natural convierten la visita en una experiencia inolvidable. La protección y el respeto por este entorno hacen de cada paso una forma de honrar la historia viva de nuestros bosques patagónicos.