El suplicio que padeció Jennifer Aniston al terminar "Friends": "Recuerdo el pánico que me invadió"
La actriz se sinceró sobre lo difícil que fue sacarse de encima a Rachel Green.
Jennifer Aniston saltó a la fama mundial con su icónico papel en "Friends", el cual, si bien la llenó de muchas alegrías y dinero, se convirtió con el paso del tiempo en su peor fantasma, y luego de muchos años así lo ha admitido.
La actriz abrió su corazón durante una mesa de discusión de "The Hollywood Reporter" que compartía con estrellas como Zendaya, Helena Bonham Carter, Reese Witherspoon y Janelle Monáe, y en ella dejó saber lo complicado que fue demostrar que podría interpretar a alguien más que Rachel Green:
"Es que acabas exhausta, quiero decir, no era capaz de quitarme a Rachel Green de encima por mucho que lo intentara. Y encima la serie no dejó de emitirse en ningún momento cuando terminó, lo que a veces me irritaba y me hacía pensar: ‘Por Dios, ¡dejen de poner esa serie!"
Por otro lado, Jennifer confesó que cuando el seriado de NBC llegó a su final, se cuestionó si la actuación era lo suyo, ya que el sentirse "encasillada" en ese papel le causó muchas inseguridades, y dijo:
"Recuerdo el pánico que me invadió, y pensé: ‘Oh Dios, no sé si puedo hacer esto. Quizás tengan razón. Tal vez todos los demás están viendo algo que yo no veo, que es que solo soy esa chica en el departamento de Nueva York con las paredes moradas’ (...) Entonces, casi lo estaba haciendo por mí misma solo para ver si podía hacer algo más que eso. Y fue aterrador porque lo hice frente al mundo..."
La primera vez que la estrella del cine se dio cuenta de que su talento era único, y de que sí podía seguir trabajando en alguien más que en Rachel, fue cuando consiguió el papel de Justine Last en "Una buena chica" en el 2002, justo dos años antes de que "Friends" finalizara.
"Cuando por fin pude quitarme de encima lo que me quedaba de Rachel, cuando pude esconderme en otro personaje que no tenía nada que ver con ella, sentí un alivio inmenso. Pero al principio también me invadió el pánico, porque ya no sabía si sería capaz de interpretar a alguien que no fuera ella", expresó la intérprete.
De igual manera, en una reciente conversación en vivo que tuvo con Lisa Kudrow para hablar sobre la serie en la que trabajaron juntas por 10 años, muchos se dieron cuenta de que la productora de cine tiene un número 11 tatuado en la muñeca, lo que causó curiosidad a sus fanáticos. Es por esto que una fuente cercana reveló a la revista "People" que es una persona muy espiritual, y decidió tatuarse ese número porque cree que es de buena suerte; en primer lugar porque ella nació un 11 de febrero; y en segundo en memoria al año en el que falleció su perro Norman.
