¿Por qué no se calla? La frase del Rey Juan Carlos que indigna al mundo

Los años no vienen solos y cada vez que habla el Rey Juan Carlos quedan en evidencia: criado en otro mundo, machista, infiel, mujeriego sin paz, el destrato del emérito ha sido una constante y los papelones han estado a la orden del día, justamente en estas noches de cuarentena.

El mismísimo Rey Juan Carlos ha maltratado públicamente a la Reina Letizia durante una cena de gala donde la entonces periodista acaparaba la atención total de la sobremesa opinando abiertamente sobre la guerra entre Estados Unidos e Irak: harto de escucharla la paró en seco: "Deja hablar al resto".

Es el mismo Rey Juan Carlos quien ha mandado a callar al entonces presidente Hugo Chávez con una frase inmortalizada que se hizo remera y se ha viralizado como una de las más icónicas del padre de Felipe: "¿Por qué no te callas?". Esa frase trascendió las fronteras y fue un escándalo diplomático.

Pero hay frases todavía más desafortunadas y son las que ha revelado ahora un periodista especialista en la realeza: fue cuando el Rey Juan Carlos pecó de ignorante y homófobo. Se sabe que el monarca no ha sido un gran lector. Es más: hay quienes sostienen que sólo ha hojeado "Platero y yo".

Por eso ha llamado la atención la anécdota que ha salido a la luz del Rey Juan Carlos cuando durante una feria del libro se paró ante la vidriera de la librería Berkana, una de las más famosas de Madrid por su contenido LGTBI, regentada por Mili Hernández, quien ha revelado lo que pasó.

"Miró los libros y leyó 'Ah, se*ualidad'. (...). Entonces él le comentó a Ruiz Gallardón: 'De mariquitas'. Y yo le dije: ‘No, no, de mariquitas y de bolleras", detalló Hernández lo desagradable de la conversación con el Rey Juan Carlos que hoy cumple la cuarentena confinado en Zarzuela.

El desagradable comentario del Rey Juan Carlos no ha hecho más que traer a la memoria lo revelado por el periodista José María García a Jordi Ébole. ¿Qué le dijo? "No sabía que te vestías de maricón", le habría dicho el emérito fijándose en el pullover que vestía el periodista. No hay caso: cada vez que abre la boca, se equivoca. ¿Por qué no se calla?