Diálogo, amistad y familia: secretos de la historia de amor de Sabrina Garciarena y Germán Paoloski
Tuvieron que estar separados cuando Sabrina Garciarena viajó a trabajar en Europa.
Aunque por lo general guardan su intimidad, en cada una de las imágenes que comparte Sabrina Garciarena de su vida en familia con Germán Paoloski, resalta que el vínculo es sano y de amistad.
Tanto es así que, tras 13 años de pareja, la actriz revela que todo empezó con una larga amistad de cinco años y aunque con algunos distanciamientos, lograron hacer sobrevivir la pasión. Sabrina Garciarena confiesa que en el momento en que tomaron la decisión de separarse fue “para no sernos infieles”.
La primera cita que tuvo Germán con Sabrina Garciarena fue en la madrugada del San Valentín 2009 y con un beso pudieron transformar una amistad de cuatro años en una historia de amor que trasciende y a la que sumaron tres hijos.
Éramos dos amigos más de un grupo grande que aún hoy conservamos.
Cuando se conocieron, cada cual tenía su pareja, pero en aquel momento en que ambos, por diferentes circunstancias volvieron a estar solteros, empezaron a verse más seguido y a charlar y contarse cosas.
La primera cita fue armada con la complicidad de sus amigos, quienes se mostraron ocupados y los dejaron solos. “No fue una cena romántica, sino un mano a mano con una amiga que me encantaba y a la que, estaba seguro, quería besar”.
Me preguntaba a mí misma: ‘¿Qué hago? Me siento bien, pero no quiero perder la amistad’.
Finalmente, tras algunas idas y vueltas, decidieron darse la oportunidad. Sin embargo, llegó el primer escollo, ya que, con el inicio de la carrera internacional de Sabrina, debió viajar a Europa para el rodaje de Pagafantas, de Borja Cobeaga.
La convivencia recién se concretó en 2011, cuando la actriz regresó al país. La relación a distancia, aseguran ambos, siempre es compleja.
Amistad en casa
Según cuenta Germán, lograron que la amistad se trasladara al hogar y sobre todo el humor que consideran fundamental a la hora del amor.
Solemos reírnos como si tuviésemos quince años. Por ahí, cuando estoy enojada, él sabe colarme un chiste.
