Flechazo y 20 años de convivencia: así es la historia de amor de Donato de Santis y Micaela Paglayán

Tras viajar por el mundo, Donato de Santis llegó a Argentina y se enamoró.
lunes, 25 de octubre de 2021 · 17:00

Durante la pandemia, estuvo al frente de “Masterchef” y cuando tuvo oportunidad, decidió que era hora de volver a ver a su madre y su tierra natal. Pues, Donato de Santis es de las personas que tienen el corazón repartido en varios lugares.

Por un lado, antes de arribar a la Argentina, el cocinero que supo cocinarle a Versace tuvo una vida maravillosa en Puglia, el pueblo donde actualmente habitan todos sus vínculos de sangre. Pero acá, en Argentina, Donato de Santis formó su familia por elección con Micaela Paglayán, madre de sus hijas, Raffaella y Francesca.

Ella es su mejor compañera, aunque asegura que "los  choques son fuertes, pero evidentemente nos sirven mucho".

La pareja que construyó Donato de Santis logró fortalecerse y se caracteriza porque no solo comparte la vida cotidiana del hogar, sino también el trabajo y la pasión por la buena cocina.

Esta historia se inició en el año 2000, cuando Donato llegó al país y trabajaba en el canal El Gourmet, donde compartía recetas. Micaela lo vio a través de estos programas y quedó embelesada. Incluso, según relató, les decía a sus amistades que ese hombre sería su marido.

Hace unos meses, la pareja recorrió la tierra natal de Donato.

Fue así que resolvió que era momento de ponerse en acción: escribió una carta perfumada en la que puso su número telefónico y dejó todo en una caja en el estudio de grabación donde el chef trabajaba. Esta contenía inciensos y un CD. A los pocos días, Donato la llamó al celular y la invitó a salir. Desde entonces, nunca más se separaron.

 

Una historia de amor y de trabajo

Donato y Micaela son marido y mujer, pero además son socios en la empresa gastronómica que capitanean juntos. Allí formaron una gran familia que supo sortear obstáculos y sostener el trabajo de más de 50 empleados.

También estuvieron en Milán, donde pasearon con sus hijas.

Ambos practican el budismo y aseguran que en los 20 años que llevan de vida compartida no todo fue color de rosas, porque los dos tienen personalidades muy fuertes.

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