"Las lágrimas me brotan": María Becerra recibió una conmovedora carta a horas de un nuevo show

Muchos de los grandes artistas de nuestro país que se ganaron el reconocimiento del público han tenido que pasar varias dificultades para llegar hasta ese lugar, y en muchos casos pelear en situaciones por demás adversas desde niños. Ese es el caso de María Becerra, hoy una verdadera estrella de la música urbana, quien hace algunas horas recibió una conmovedora carta de su hermano recordándole todo eso que vivieron cuando eran niños, como así también el sueño fijo de trascender y ser famosos.

En sus historias de Instagram, la joven cantante compartió el texto que escribió su hermano Juan en su red social, el cual está cargado de emoción y mucha alegría por este gran presente que vive. "Hermanita querida, qué flash todo esto. Pensar que hace 10 años atrás te iba a ver cantar en Fonteova ante 20 personas, y hoy estás en el Rivadavia cantando ante miles. Recuerdo que de bebé decías 'yo quiero ser famosa', y mírate ahora donde estás. No me puedo contener hermanita, qué rápido creciste y qué rápido pasa todo. Las lágrimas me brotan de los ojos. ¡Qué locura! Gracias hermana por demostrar que los sueños se cumplen, al igual que el Diego", comienza el escrito dirigido a María Becerra.

Luego, Juan habló de su padre, quien al igual que María se puso una meta y con mucho sacrificio logró concretarla: "Al igual que papi que soñó con estudiar y ser alguien, y logró recibirse; y al igual que vos, cumplió sus sueños, lo hizo, y te tuvo a vos también. Gracias hermana, y gracias viejo porque me enseñaron que no teniendo nada, sin importar de dónde vengas y hacia dónde vayas, con trabajo, dedicación y esfuerzo todo es posible. Un abrazo a la distancia".

Emotiva respuesta

Obviamente, Becerra le retribuyó el cariño y le escribió un extenso texto a su hermano agradeciéndole el amor, y para eso también trajo algunas vivencias del pasado: "Gracias por tus hermosas palabras, me emociona tanto leerte y pensar en cuando éramos tan chiquitos con sueños tan grandes. No teníamos ni pelopincho pero nos metíamos en el fuentón con agua fría o nos mojábamos con la manguera, escuchando música fuerte al palo, cantando, riendo y siempre soñando en grande que algún día íbamos a lograr eso que tanto soñábamos. Al igual que papi, soñó con recibirse y sudando hasta la última gota, pasando por miles lo logró. Y así nos criaron mamá y papá, a luchar y trabajar por lo nuestro, porque nadie te regala nada y las cosas no caen del cielo. ¡Hay que trabajar duro!".