Cáscaras de huevos: por qué no tenés que tirarlas y cómo aprovecharlas al máximo

A menos que vayan a utilizarse para la jardinería, las cáscaras de huevo suelen tirarse a la basura y quedan olvidadas por completo. Sin embargo, desde hace algunos años, comerlas se convirtió en una tendencia gastronómica gracias a las increíbles propiedades que contienen. El exterior de este alimento ahora es tan comestible como el interior (aunque puede no resultar tan agradable para el paladar).

Se estima que las cáscaras de huevo contienen alrededor de 27 variedades de vitaminas y minerales. Algunos de ellos son:

• calcio
• magnesio
• colágeno
• potasio
• ácido hialurónico
• glucosamina

Antes de comenzar a incorporar la cáscara de huevo al menú semanal, se deben tomar ciertos recaudos para no contraer salmonella u otras enfermedades bacterianas. Entre todas las opciones que hay, lo mejor es utilizar huevos pasteurizados, orgánicos y de alta calidad.

Otro factor que se debe tener presente es que los restos rígidos de este alimento se deben primero hervir, secar y luego hornear por aproximadamente 15 minutos para asegurarse de que están aptos para el consumo humano. El último paso consiste en triturarlo hasta que se convierta en polvo y sea más fácil de incorporar a cualquier receta.  

La principal razón por la que esta tendencia gastronómica se volvió tan popular se debe a su gran versatilidad. Es posible agregar las cáscaras de huevo tanto en batidos protéicos o como entre los toppings de la pizza, ya que nadie notará la diferencia.

Incluso hay personas que optan por agregarlas a su café molido antes de prepararlo. Este truco es perfecto para disminuir la acidez natural que tiene esta infusión y reducir la necesidad de azúcar agregada.

Gracias a la cáscara de los huevos se puede obtener una comida repleta de nutrientes que hacen bien al organismo e incluso ayudan a construir una dieta perfectamente equilibrada.