Tarjeta Alimentar: cuál es el cronograma de pagos actualizado para septiembre
El Ministerio de Desarrollo Social inició la acreditación del monto a los beneficiarios de la prestación.
En medio de la crisis social y económica que atraviesa el país, la Tarjeta Alimentar fue uno de los paliativos que creó el Gobierno del presidente Alberto Fernández para que las familias más necesitadas tengan acceso a un monto para satisfacer, en parte, algunas necesidades de comida y bebida.
En este sentido, el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, que reemplazó al creador del programa que se fue del Ministerio para ser candidato a diputado nacional, Daniel Arroyo, destacó la función de la medida.
“La Tarjeta Alimentar es una herramienta fundamental para la mesa de las familias argentinas, porque contribuye a garantizar la seguridad alimentaria”, explicó el funcionario.
Asimismo, a través de un comunicado de prensa, el exintendente de la localidad bonaerense de Hurlingham indicó que “es un primer y necesario paso para mejorar la calidad nutricional, motorizar la economía y generar trabajo, que es el gran objetivo que nos planteó el presidente Alberto Fernández”.
Cronograma de pagos
Para las personas que cobren a través de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y tengan hijos e hijas de entre 0 y 14 años, inclusive, el calendario de pago comenzará el miércoles 22 de septiembre, para los documentos terminados en 0 y 1; el jueves 23, para 2 y 3; el viernes 24, para 4 y 5; el lunes 27, para 6 y 7; y el martes 28, para 8 y 9.
Por otro lado, la Tarjeta Alimentar llega a 3.885.067 personas, luego de la ampliación del programa para familias con hijos e hijas de hasta 14 años que, cuando se lanzó, no abarcaba hasta esa edad.
A su vez, de esa cantidad, 3.764.278 son hijas e hijos menores de 14 años, 48.820 son hijos o hijas con discapacidad y 71.969 son personas embarazadas.
Finalmente, en medio de la crisis por la pandemia del coronavirus, la Tarjeta Alimentar fue destacada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una “buena práctica” para enfrentar la pobreza, combatir el hambre y reducir las desigualdades, especialmente las alimentarias.
