Encurtidos o cómo conservar las propiedades de los alimentos
Una forma de elaboración que fortalece y equilibra nuestro organismo.
Los encurtidos son unas de las formas de conservación de alimentos más arraigadas del mundo. De hecho, las antiguas civilizaciones usaban el agua, la sal y el vinagre combinados en verduras y hortalizas hasta lograr su fermentación.
Lo que se lograba con estos encurtidos era, nada más y nada menos, que productos aptos para comer y que duraban mucho tiempo, además de que ofrecen importantes beneficios para la salud.
Los más conocidos posiblemente sean los pepinillos y cebollitas en vinagre. Sin embargo, instituciones como la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, los vienen aconsejando de cualquier otro tipo de verdura para una dieta saludable.
Son fáciles de preparar en casa. Los encurtidos se pueden hacer con todo tipo de verdura u hortaliza: desde cebollas y pepinos hasta berenjenas y morrones.
Comer encurtidos es muy aconsejable para cuidar nuestro sistema digestivo. Muchas de estas verduras son productos que equilibran la mucosa intestinal y poseen una acción desintoxicante.
Favorecen la digestión, ayudan en las funciones de la vesícula biliar y, además, cuentan con nutrientes como la vitamina C, el ácido fólico y el ácido láctico. Si se ingieren justo después de una comida, los encurtidos nos ayudarán también a reducir la subida de azúcar.
Los encurtidos también contienen una gran cantidad de agua, son bajos en calorías y casi no tienen grasa. Un pepino en vinagre del tamaño de un dedo índice sólo suma 15 calorías a nuestra dieta y además nos brinda una cuota alta de vitamina A, vitamina K y Potasio.
