¿¡Vino en lata!? Una nueva forma de beber
Es una propuesta que surgió por la demanda de los más jóvenes.
Apuntada al consumidor joven y una alternativa de la medida justa para tomar por copa, así nació y llegó para quedarse la opción del vino en lata.
El vino en lata es fácil de transportar y se enfría con rapidez y, aunque muchos detractores la objetan, asegura las condiciones de buena calidad de los vinos.
En Europa y Estados Unidos, el consumo de vino en lata registró un aumento del 50 % en el último año. Según una consultora internacional especializada, el crecimiento del vino en lata significa un negocio que ronda los 40 millones de dólares en Estados Unidos.
Lo interesante, además, es que esta forma de comercialización ha permitido un aumento en la producción cercano al 60%, un crecimiento más alto que los envases de vidrio.
En Argentina, la primera de las bodegas en lanzar el vino en lata al mercado fue Santa Julia, con un vino joven como el Chenin Dulce en lata de 355 mililitros.
La empresa Fecovita que también lleva adelante un proyecto de vino en lata con vinos dulces, aseguró que han tenido muy buena recepción por parte del consumidor, incluso con muchos pedidos de renovación de stock.
Las principales bodegas argentinas que están vendiendo vino en lata firmaron convenio con la empresa Ball que tiene amplia trayectoria en el envasado de vino en lata de marcas líderes.
