Vino de misa, de Mendoza a cada parroquia

En Argentina, una bodega familiar es la precursora en su elaboración.
jueves, 18 de junio de 2020 · 14:13

El vino de misa es el que se utiliza en las liturgias cristianas. No puede ser cualquier vino ya que se rige a nivel mundial por las normativas que se regularon en los concilios de Florentino y de Tridentino. En 1944 le dieron el toque final cuando un sacerdote jesuita publicó el libro ‘El Pan y el Vino Eucarístico’ donde menciona la normativa.

Por lo pronto los vinos para misa deben proceder exclusivamente de vitis vinífera de cualquier variedad, pero no de vides silvestres. Deben ser de preferencia dulce, ya que los sacerdotes lo toman en ayunas.

En Argentina, la bodega mendocina Cabrini viene elaborando desde hace varias décadas este vino de misa que se consumen en las iglesias nacionales. Cuenta con el aval del Instituto Nacional de Vitivinicultura y la autorización del Arzobispado. 

Según la descripción de los sommeliers, este vino de misa es rosado de color rojizo cobrizo con destellos dorados. En nariz presenta notas de frutas maduras como guindas, cerezas y un aroma dulce de membrillo.

En la producción las uvas se fermentan con las pieles y semillas pero sólo hasta lograr un color rosado. Esto de llama maceración atenuada.

Los mendocinos de la bodega aún guardan a barrica en la que se elaboraron los primeros 1.900 litros con la receta de un sacerdote uruguayo. Este vino es una combinación de Malbec, Tempranillo, Bonarda y Lambrusco que da origen a un vino rosado dulce fortificado, con alto porcentaje de azúcares.

Al tener 16,5% de alcohol se logra que se conserve mejor en las vasijas de misa y las azúcares permiten que se pueda degustar a cualquier hora del día.

Entre las actas históricas de la bodega figuran las opiniones de sacerdotes que agradecían a la familia por el vino, ya que podían tomarlo a las 8 de la mañana, mientras otros les producían acidez.

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