Árboles frutales en las calles: una nueva forma de oxigenar la ciudad

Con la llegada de los inmigrantes a la Argentina, muchas de las calles porteñas y de distintas ciudades del país, se poblaron de árboles frutales. Con ese gesto,  buscaban recordar su lugar de origen y además, dar sombra y alimento a ese nuevo lugar que habitaban.

Hoy, cuando en el planeta prima el cambio climático, son varios los países que han decidido plantar árboles frutales en sus espacios urbanos con el fin de poder cosechar y poder además mantener un criterio práctico y amigable con el medioambiente.

Es así que, por ejemplo, en Copenhague, Dinamarca, recientemente se votó a favor de sembrar árboles frutales en espacios públicos y así volver a conectar a la población con la naturaleza. Y sobre todo, la propuesta se orienta a que los jóvenes conozcan las frutas que pueden darse en su región y también aprendan a recolectarlas para comer.

En esta ciudad se propuso de acuerdo al clima regional que se planten manzanos, arándanos, moras, para que puedan cosecharlas de forma gratuita. Tener árboles frutales en una ciudad permite tener una ciudad con aire más limpio y menos contaminación.

Por los 100 barrios porteños.

Ludmila Medina es una joven porteña que hace unos años creó La ciudad nos regala sabores' un mapa interactivo que revela los lugares de la ciudad en que se pueden encontrar árboles frutales. La propuesta es que la gente conozca y cuide el arbolado urbano y además reconozca cada especie con sus propiedades.

Fuente: (La ciudad nos regala sabores)

Organiza recorridos por los barrios porteños, donde enseña a reconocer cada árbol y asiste en la recolección para que los vecinos puedan hacer uso de los frutos de aquellos árboles que se encuentran en las calles; siempre se solicita la previa autorización del vecino frentista donde se encuentra cada ejemplar. Durante la cuarentena realizó guías y ciclos virtuales, aunque para fin de este mes, está convocando para realizar una caminata por los barrios de Floresta y Monte Castro.