Xerojardinería: descubrí cómo construir espacios verdes más sostenibles

Una corriente que propone utilizar mejor los recursos naturales.
miércoles, 3 de febrero de 2021 · 18:19

Debido a que la xerojardinería se basa en usar el agua de manera inteligente, muchas personas suelen asociarla con los entonos secos en donde la vegetación tiende a tornarse de un tono amarillo o marrón por la falta de riego y el exceso de sol. Sin embargo, esta corriente está lejos de proponer que los espacios verdes del hogar se conviertan en un desierto.

En la xerojardinería se puede utilizar cualquier tipo de planta, siempre y cuando se ubique en el lugar correcto y se respeten en todo momento las reglas que promueve el mantenimiento sustentable. 

El objetivo principal de la xerojardinería es que las personas empiecen a utilizar de manera eficiente el agua. Para conseguir esto, es necesario que cada individuo comience a investigar sobre el paisaje natural que lo rodea y utilizar ese conocimiento para fomentar los hábitos sostenibles.

Un dato que puede ser de gran importancia al poner en práctica esta corriente es que la vegetación autóctona de un territorio suele ser más independiente y necesitar menos cuidados que las especies originarias de otros países.  

Antes de comenzar a plantar las especies que serán parte de un espacio verde más sostenible, es importante trabajar un poco la tierra. Algunas de las actividades que propone la xerojardinería son: analizar el pH del suelo, airearlo, acolchonarlo, añadirle compost, regarlo un poco y por último dejarlo reposar por aproximadamente una semana. Todo esto ayudará a recolectar toda la información necesaria para luego brindarle un hábitat que se adecúe lo mejor posible a él utilizando la mejor cantidad posible de recursos naturales y no renovables, como el agua.

La xerojardinería también aconseja reducir la cantidad de pasto de los espacios verdes. Esto se debe a que requiere un mantenimiento muy alto, en el cual el agua cumple un rol principal. Se puede sustituir por otros recursos decorativos, como las piedras u otras especies que resistan mejor a la falta de riego.

Por último, esta corriente sostenible propone generar hidrozonas. Esto se logra dividiendo los espacios verdes en tres, para agrupar allí las plantas que requieren cuidados parecidos o las que mantienen los mismos niveles de hidratación. 

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