Los jardines de Monet: postales impresionistas para conocer en la web

Están en Giverny, Francia, en la propiedad que habitó el maestro impresionista durante 40 años y donde recreó un edén de flores, árboles y estanques para pintar. Hoy, el lugar se mantiene vivo gracias a los integrantes de la entidad que cuida el legado de  Monet.

Es que allí, en este rincón colorido, aún hoy se mantienen de la mano de la Fundación Monet y gracias al extremo cuidado y delicado trabajo los jardines, el lugar que le sirvió de inspiración para su obra más prolífica y donde inmortalizó sus famosos Nenúfares.

Fuente: (Aldea Global Canal Sur)

La pandemia también sorprendió al personal de esta organización que mantiene vivo el espíritu del artista que siguió trabajando a puertas cerradas y que abrió algunos meses del 2020, con aforo y precauciones, y volvió a cerrar al público. Ahora espera recibir al turismo a partir de abril y hasta octubre.

En dicha propiedad, donde hay una casa de campo, están las famosas plantaciones donde abundan los tulipanes, la lavanda y los girasoles. Cada uno de los cultivos fue especialmente diseñado por el artista plástico que los concibió como obra de arte.

Actualmente y según cuentan en la página web de la fundación que lleva el nombre del creador impresionista, se buscó mantener intacto “no solo el espíritu sino también los colores y muebles de sus antiguos moradores".

Por el momento, mientras siguen en época de mantenimiento de los jardines, se puede realizar la visita virtual que se inicia en la casa y continúa por el parque donde hay sauces, puentes al estilo japonés y estanques donde abundan las plantas acuáticas y nenúfares, los predilectos de Monet.

De un campo devastado a edén

Claude Monet compró esta casa devastada. Fue reciclando cada uno de los sectores hasta lograr convertirlos en su taller, hogar familiar y donde pudo desarrollar otro de sus talentos: la jardinería.

Son 20.000 metros cuadrados en los cuales labró el suelo y con la ayuda de jardineros experimentados creó un verdadero paraíso donde pintaba cada uno de los rincones en los distintos momentos del día para jugar con la luz y el color. En 2019, más de 700 mil personas visitaron el lugar, llegados desde 80 países.