REALEZA
Sufre el Rey Felipe por ella: la tristeza de la hija desconocida de la Familia Real
No ha sido fácil lo que le ha tocado vivir.El foco se ha puesto en la Familia Real y en cada uno de sus integrantes principales, pero hay una niña que sufre y es desconocida por la gran mayoría de los españoles. El Rey Felipe es su tío y cada cumpleaños que pasa sabe que la distancia con Irene Urdangarín, la hija de su hermana Cristina, es cada vez mayor.
La sobrina del Rey Felipe cumple este viernes 15 años y El Confidencial ha revelado los misterios que rodean a Irene Urdangarín, una niña un año mayor que la hija menor del Rey, pero con una vida tan distinta y alejada de Zarzuela. El culpable no es otro que su padre Iñaki.
Era tan buscada Irene que cuando nació Miguel, Iñaki Urdangarin bromeó a las puertas de la clínica Teknon sobre el supuesto enojo de la hermana del Rey Felipe, quien quería una mujer en la familia. Cuando nació Irene, el 5 de junio de 2005, la alegría fue total en Zarzuela y especialmente en su padre:
"Se cumplen todas las expectativas del planteamiento de familia que nos habíamos hecho".
Irene es una niña que en su momento fue muy buscada por la Infanta Cristina y el jugador de balón en mano Iñaki Urdangarín, pero toda la alegría que generó en la Familia Real del Rey Felipe no ha hecho otra cosa que apagarse con el paso del tiempo, sumado al caso Noós protagonizado por su padre.
El caso Nóos, en 2011, ocurrió cuando Irene apenas tenía seis años: la sobrina del Rey Felipe ha vivido su infancia y adolescencia rodeada de conflictos, una verdadera injusticia para la heredera de la Infanta Cristina.
Para ninguna hija es fácil ver caer a su padre como lo hizo el ex duque de Palma: el cuñado del Rey Felipe perdió totalmente el vínculo con el monarca y la Reina Letizia y mucho más: se quedó sin trabajo en aquellos años y hasta que fue preso creó una relación muy especial con la niña.
Este cumpleaños número 15 de Irene se recuerda la doble vigilancia ante cada salida y paso que daba. Actualmente, gracias al enorme esfuerzo de su madre Cristina y del Rey Felipe, la joven puede ir retomando a la normalidad. Lo que no cambia es la tristeza de su padre, quien privado de su libertad, sigue sin poder recibir visitas. Hoy, sólo quisiera abrazarse con Irene.