No hay palabras para describir lo que le han hecho: el Rey Felipe traga saliva

El Rey Felipe ha dejado al margen a su hermana Elena cuando salió a la luz el caso Nóos: ahora lo ha vuelto a hacer y ella es una de las más afectadas por el exilio de Juan Carlos.

La Infanta Elena es la hija preferida del emérito Juan Carlos: siempre estuvo pendiente de su salud y ha sufrido en carne propia lo que ha pasado su padre. 

Como toda la familia del Rey Felipe, Elena ha terminado las vacaciones más atípicas que le ha tocado vivir: de a poco, recupera su rutina en la capital y en su trabajo.

Visiblemente afectada por la marcha de España del padre del Rey Felipe, la Infanta Elena apenas se ha dejado ver estos últimos meses.

Primero se refugió en la finca de su íntima amiga Rita Allende-Salazar. Desde allí, Elena tan solo viajó a Bidart para pasar unos días en compañía de la Infanta Cristina y de Juan, Pablo, Miguel e Irene, sus sobrinos.

Dolida, no tuvo fuerzas para cumplir con una promesa: la Infanta Elena había asegurado que viajaría a Palma de Mallorca para visitar a la Reina Sofía cuando el Rey Felipe y Letizia abandonasen la isla. Pero no lo hizo.

Mucho menos ha disfrutado de sus tradicionales vacaciones con sus hijos Victoria Federica y Froilán, quienes se han inclinado por las virtudes de Marbella y en compañía de amigos y del novio de la heredera.

Por si fuera poco, fue víctima del bullying cybernético: convertida en tendencia tras un desafortunado clip hablando de una parálisis cerebral, no hay palabra para describir todo lo que le han hecho. Dolores de los cuales el Rey Felipe no está al margen.