REALEZA
La Reina Letizia implora que no sea cierto: si habla, tiembla todo
Tensión constante.
Lo sabe la Reina Letizia, y por más poder que tenga, no hay nada que pueda hacer: la libertad de Iñaki Urdangarin está cada vez más cerca.
Es el gran enemigo para la Reina Letizia: lo que ha hecho Iñaki ha sido visto por la consorte como el principio del fin que ha coronado al emérito Juan Carlos.
Iñaki fue condenado a prisión por el Caso Nóos, el primero de corrupción durante los años del Rey Felipe y la Reina Letizia, el que marcó la primera grieta en la Casa Real.
Desde entonces, nada ha sido lo mismo: la Reina Letizia les cerró todas las puertas a la Infanta Cristina, esposa de Iñaki, y por añadidura a Elena.
De hecho, en el último adiós a Jaime Carvajal Hoyos, el gran amigo del Rey Felipe, la Reina Letizia impidió la foto con Elena, también amiga del empresario.
La Reina Letizia no perdona, no se reconcilia, y con Iñaki menos que menos. La esposa de Felipe teme lo peor: a punto de salir de prisión, si Urdangarín habla, tiembla todo.
El cuñado de la Reina Letizia está muy cerca de obtener el tercer grado penitenciario. Se muestra favorable a que el marido de la Infanta Cristina disfrute por fin de un régimen de semi-libertad.
El pariente de la Reina Letizia, ha vuelto a su labor de voluntariado en el centro Don Orione y no ha realizado declaraciones todavía. Ha elegido la seriedad, un veraniego atuendo deportivo y su inseparable bolsa de tela al hombro. Cuando hable, agárrense de las manos.
