Empezó la recta final hacia las elecciones en Chile: así fue el último debate presidencial

El próximo domingo, 21 de noviembre, los ciudadanos y ciudadanas de Chile están llamados a las urnas para elegir a quién será su nuevo presidente o presidenta.

En el último debate entre los aspirantes a la presidencia del país vecino, seis de los siete candidatos se enredaron en una tensa discusión, pero hubo un punto en común: el ataque a José Antonio Kast, representante de la ultraderecha de Chile.

Las encuestadoras tienen cada vez menos legitimidad en Chile, debido a sus equivocaciones en las últimas elecciones, pero hay algo en la que todas están de acuerdo: nadie ganará en primera vuelta.

Los dos favoritos a pasar a segunda vuelta son el diputado y exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric y Kast. Contra este último se dirigieron los dardos de todos los candidatos, como fue el caso de Marco-Enríquez Ominami.

Fuente: (24horas.cl).

Según diversos analistas, Kast es un blanco fácil a causa de sus visiones ultraconservadoras: está en contra del matrimonio igualitario y de la interrupción del embarazo bajo cualquier circunstancia y asegura que hay un “lobby gay”.

Pero, también relativizó la dictadura de Augusto Pinochet en el país vecino: afirmó que las elecciones de 1989, con el militar todavía al frente de Chile, habían sido “democráticas, libres e informadas”.

Fuente: (24horas.cl).

Los golpes llegaron de izquierda y derecha. La candidata Yasna Provoste (centroizquierda) aseguró: "Es lamentable que una persona desconozca que en días previos a la elección de 1989 se seguía torturando, encarcelando y relegando".

Sebastián Sichel, de la derecha oficialista, también se distanció de Kast en su postura pinochetista. "Hay que establecer un cordón sanitario sobre dictaduras como la cubana, la venezolana, la nicaragüense y la que sucedió en Chile", señaló.

Las elecciones en Chile

Las elecciones presidenciales en Chile en las que se elegirá a la persona que sucederá a Sebastián Piñera son las más tensas e inciertas de los últimos años.

No obstante, hay algo sobre lo que sí hay certezas: quien sea electo tendrá una tarea titánica por delante. No solo deberá enfrentar una creciente inflación, una arraigada desigualdad y un sistema de pensiones obsoleto, sino que también deberá implementar la nueva Constitución (si es que se aprueba).