77 años después, descubren quién pudo haber delatado a la familia de Ana Frank

Una investigación desterró la teoría de que Ana Frank y su familia fueran encontrados por casualidad.
lunes, 17 de enero de 2022 · 20:00

El escribano judío Arnold van den Bergh es apuntado como el principal sospechoso de haber dado a conocer a los nazis la dirección donde Ana Frank y su familia estaban escondidas. Así lo concluyó una investigación llevada adelante durante seis años por un exdetective del FBI y su equipo.

Los resultados de la investigación del detective jubilado Vince Pankoke fueron publicados en un documental de la CBS y en un libro titulado “La traición de Ana Frank”, de la autora Rosemary Sullivan. Según estos datos, Van den Bergh habría dado la dirección de la joven y su familia para salvar a los suyos.

Ana Frank se escondió junto a su familia por dos años en un anexo secreto detrás de un edificio al costado de un canal en Ámsterdam.

El escribano formaba parte del Consejo Judío, un cuerpo administrativo que los alemanes habían forzado a crear. Esta entidad había elaborado listas con los escondites donde los judíos se ocultaban en Ámsterdam, como era el caso de Ana Frank, su padre, su madre y su hermana.

Como miembro del Consejo, Van den Bergh pudo haber tenido acceso a esta información, que la habría usado para protegerse a sí mismo y a su familia: ni él ni su hija fueron deportados.

El 4 de agosto de 1944, oficiales de la Gestapo arrestaron los Frank.

 

En qué se basa la teoría

Esta teoría —que según los investigadores, tiene una certeza de al menos el 85%—se sustenta con el hecho de que el padre de la joven diarista, Otto Frank, recibió una nota anónima en la que le aseguraron la traición cuando volvió a Ámsterdam después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial.

“La nota anónima no identificaba a Otto Frank. Decía ‘tu dirección fue traicionada’”, escribió Sullivan. “Así que, de hecho, lo que sucedió fue que Van den Bergh pudo acceder a una dirección de judíos que estaban escondidos”, continuó.

Ana Frank murió en 1945, a la edad de 15 años (probablemente, de tifus) en el campo de concentración Bergen-Belsen.

“Esa dirección no tenía nombres adjuntos ni garantías de que hubiera judíos todavía escondidos allí. Eso fue lo que dio para salvar su pellejo”, agregó la autora.

Otto Frank creía en esta teoría y así se lo dijo, muchos años después, al periodista Fris Endt. Sin embargo, el padre de Ana Frank nunca lo hizo público por temores al antisemitismo durante el período de posguerra, según informó la agencia Efe.

Otto Frank publicó el diario que escribió su hija durante los dos años de encierro; la última entrada fue el 1 de agosto, tres días antes de que los encontraran.

Así y todo, el análisis de más de 66 GB de datos no logró arrojar evidencias concluyentes sobre cómo fue que el escribano filtró la dirección y quién fue la persona que le escribió a Otto Frank para informarle sobre esta teoría. No obstante, uno de los casos abiertos más antiguos está más cerca de resolverse.