Estados Unidos

La manera en la que los vecinos de Tucson enfrentan la peor sequía de la zona en 1200 años

Una ciudad de Arizona encontró una nueva forma de cuidar el agua del río Colorado.
martes, 1 de noviembre de 2022 · 11:55

La ciudad de Tucson, Arizona, enfrenta la peor sequía que vivió la zona en 1200 años. A pesar de las condiciones adversas en las que se encuentra —que se podrá ver el río Colorado disminuir hasta un tercio de su flujo en los próximos 30 años—, los vecinos de la zona empezaron a tomar medidas que pueden salvar al gigantesco asentamiento ubicado en el corazón del desierto de Sonora.

Val Little es una de las pioneras en la recolección de lluvia.

Una de las ciudadanas de la localidad de Arizona, llamada Val Little, tiene 68 años y en la puerta de su hogar hay un cartel que afirma: “En esta casa se cosecha la lluvia”. En los canalones del techo de su casa, hay un pequeño tubo que lleva a uno de dos tanques de 4.900 litros en su patio trasero. Esto permite guardar la mayor cantidad de líquido posible para regar sus cultivos, así como cocinar, beber e irrigar los árboles que dan sombra en su propiedad fuera de temporada. “Nunca los vi menos llenos que por la mitad”, sentenció Little, una de las pioneras de una práctica que siguen en la ciudad norteamericana.

El río Colorado es el corazón de la ciudad norteamericana.

En los últimos 15 años, miles de vecinos de Tucson empezaron a ejercer esta forma de protección de la naturaleza, para intentar capturar la mayor cantidad de agua posible. En ese sector de Arizona, son escasas las tormentas, pues solo recibe 30 centímetros cúbicos de agua por año. “Este es un ejemplo sobre cómo cosechar agua de lluvia puede servir para reforzar los suministros existentes, sin la necesidad de construir y cambiar la infraestructura”, afirmó a la BBC Paula Randolph, directora asociada del Instituto de Políticas de Suelo del centro de Babbitt, que se encarga de llevar a cabo esta clase de iniciativas.

La ciudad de Tucson sufre la sequía más grande en los últimos 1200 años de historia.

Un 82% de toda el agua de la localidad desértica de los Estados Unidos proviene del río Colorado, con el 18% restante de los acuíferos de la zona. El líquido que fluye por su cauce sirve como fuente de vida para 40 millones de personas y mantiene fértiles a 4 millones de acres de tierra en el suroeste norteamericano. Es por eso que esta sequía, la más dura en 1200 años, afectó sobremanera la zona que tuvo que encontrar nuevas formas de conseguir agua.

 

Del sur de África a Tucson

En la década del 70, una potente sequía durante el verano modificó la relación que tenía la ciudad sureña con el río. La falta de agua afectó tanto el sistema que el propio Gobierno tuvo problemas para ofrecerles servicio a miles de ciudadanos en algunos de los sectores más altos de la ciudad.

A mediados de los 90, un entusiasta de la agricultura, cansado del mal manejo municipal y de “las políticas públicas que desperdician el agua”, viajó a Zimbabwe, donde conoció a Zephaniah Phiri Maseko, un granjero que mediante un sistema de cuencas, cunetas y pequeñas presas de piedra logró transformar un terreno muerto en un oasis, gracias a atrapar las lluvias de la zona.

Zephania Phiri Maseko fue una de las personas que ayudó a cambiar la relación de la ciudad con la lluvia.

Tras su vuelta, él intentó hacer lo mismo, y a pesar de que consiguió resultados alentadores, rápidamente se encontró con que lo que hacía era ilegal. No obstante, en 2007 logró junto con un grupo de vecinos que transformen la práctica en algo no penado por la ley, lo que ayudó en cambiar la forma con la que la ciudad se relacionaba con las tormentas.