Lula da Silva
Confirmado por la ONU: el proceso judicial contra Lula da Silva no fue imparcial
La condena contra el exmandatario había sido anulada el año pasado y este año competirá por la presidencia del país.
El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas aseveró hoy que la investigación y el proceso judicial contra el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva no solo no fue imparcial, sino que también violó los derechos de presunción de inocencia y de intimidad.
El Comité señaló que, aunque los Estados “tienen el derecho de investigar y perseguir los actos de corrupción”, estos casos “deben llevarse a cabo de manera justa y respetando las garantías del debido proceso”, algo que no ocurrió con la investigación del exmandatario. Las faltas contra Lula da Silva fueron varias.
Por ejemplo, el entonces juez Sergio Moro, que condenó a Lula da Silva, autorizó al fiscal a intervenir el teléfono personal del líder petista y el de sus familiares. Estas escuchas fueron luego filtradas a la prensa, incluso antes de que el fiscal presentara cargos formales en su contra. Esto, según el Comité, fue una “clara violación a su derecho a la intimidad”.
En una acción similar, durante el proceso también se emitió una orden de detención para interrogar al ex jefe de Estado, pero, nuevamente, se avisó de antemano a la prensa.
"Aunque se anuló la condena y el encarcelamiento de Lula da Silva en 2021, estas decisiones no fueron suficientemente oportunas y eficaces para evitar o reparar los abusos", indicó el comité de Naciones Unidas.
La defensa de Lula celebró la resolución. “Esta es una decisión histórica. Una victoria no solo del presidente Lula, sino de todos aquellos que creen en la democracia y el Estado de derecho, y refuerza todo lo que siempre dijimos en la defensa del presidente Lula”, aseveró el abogado Cristiano Zanin Martins.
Antecedentes
Lula da Silva fue sentenciado a 12 años de cárcel por presuntos delitos de corrupción. Comenzó a cumplir su condena en abril de 2018 y, tras 580 días de cárcel, salió en libertad en noviembre de 2019 porque todavía no se habían agotado todas las instancias de apelación.
No obstante, el daño ya estaba hecho: no fue autorizado a presentarse a las elecciones presidenciales de 2018, en las que resultó electo Jair Bolsonaro. Finalmente, en 2021, el Supremo Tribunal Federal resolvió que el exjuez Sergio Moro, que había condenado al exdirigente sindical en primera instancia, había actuado con arbitrariedad y anuló la sentencia.
Ahora, libre y con todos sus derechos políticos restituidos, Lula da Silva tiene un objetivo entre ceja y ceja: sacar a Jair Bolsonaro del Palacio del Planalto en las elecciones de octubre. Todas las encuestas lo perfilan como el claro favorito y, para atraer a más votantes, eligió a Geraldo Alckmin, un político de centroderecha, para que fuese su compañero de fórmula.
