Critican al primer ministro de Gales por su estadía en un hotel "lujoso" durante el Mundial

Los partidos de la oposición de Gales y diversas organizaciones sociales criticaron a Mark Drakeford, primer ministro de la nación británica, por su estadía en un hotel de cinco estrellas durante el Mundial de Qatar que fue pagado por la nación anfitriona. El principal punto es que la visita socava los esfuerzos del país en materia de derechos humanos y, por ello, llamaron a que los políticos que fueron a Medio Oriente igualen el costo de su viaje en donaciones a organizaciones que trabajan por esta causa.

En su momento, el político británico había señalado que su visita era importante, debido a que era la primera vez en 60 años que Gales había calificado al máximo torneo de fútbol internacional. Además, Drakeford afirmó que esto le iba a permitir plantearles sus preocupaciones sobre los derechos humanos a sus anfitriones y a la comunidad mundial que iba a estar presente a lo largo de la copa.

“Esta era una oportunidad para discutir sobre tratados de comercio e inversiones con los miembros del gobierno qatarí y las organizaciones internacionales de labor, además de un lugar donde se pueden tratar los derechos de los trabajadores y tomar parte en reuniones para el intercambio cultural entre ambas naciones”, expresó un vocero del gobierno de Gales. De acuerdo con este comunicado, la estadía en el hotel Ritz-Carlton era parte de un paquete ofrecido a todos los visitantes diplomáticos y no tuvo influencia en la forma en la que el país europeo ve a su par asiático.

La respuesta de la oposición

Jane Dodds, líder del partido liberal democrático galés, indicó que “al aceptar este regalo, Mark Drakeford potencialmente ha socavado todo el esfuerzo y compromiso de nuestro territorio en relación con los derechos humanos, LGBTQ+ y de las mujeres”. Ella agregó que desde su partido esperan que el primer ministro “done el equivalente de su estadía a organizaciones que trabajan en los problemas de Qatar”.

Por su parte, desde Amnistía Internacional afirmaron que “causaría un verdadero problema si los políticos de cualquier país aceptaran cualquier clase de hospitalidad “lujosa” y luego se sintieran comprometidos en el momento de criticarlos por su rol en los derechos humanos”.