Macri dejó una deuda millonaria ante la ONU y otros organismos internacionales

Durante los tres últimos años de su gestión se evitó el pago de las cuotas por membresía
lunes, 6 de enero de 2020 · 17:42

Además del "reperfilamiento" de las obligaciones contraídas con el FMI y los tenedores de deuda soberana, el gobierno de Mauricio Macri abandonó el poder con una deuda de 150 millones de dólares ante la ONU y otros organismos internacionales, que no fue informada a las actuales autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores durante el proceso de transición. 

Según un informe de la Cancillería, Macri se fue sin pagar las cuotas por membresía ante la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional de Trabajo (OIT), la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otras entidades internacionales.

Del informe se desprende además que dicha suma surge como consecuencia de la acumulación de cuotas impagas correspondientes a los períodos 2017, 2018 y 2019. Años en lo que la gestión Macri hizo "pagos mínimos para evitar sanciones".

Sumado a esto, desde la Cancillería aseguran además que el gobierno liderado por Mauricio Macri también dejó deudas ante la Corte Penal Internacional (CPI), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el PARLASUR, el Instituto Social del MERCOSUR, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).

Para hacer frente a esta herencia del Macrismo, el gobierno nacional realizó un desembolso (decisión administrativa 03/19) de 40 millones de dólares para "empezar a reducir la brecha de lo adeudado".

En tanto, el resto de las obligaciones se saldarán con "lo producido por el cobro de la Tasa de Estadística que grava importaciones" y que se incluye en el presupuesto de Cancillería.

El deuda que deja la gestión de Mauricio Macri es tan extraña como grave, pues la membresía que pagan los países es lo que permite el funcionamiento de los organismos, y la falta de pago puede derivar en una pérdida de representatividad o en la quita del derecho a tener voz y voto.

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