Neuquén Capital
El personal de salud de Neuquén Capital también sufrió agresiones por parte de los ciudadanos
Los trabajadores de salud de Neuquén Capital pidieron más empatía a los vecinos y vecinas que se acercan a los centros de testeo.En medio de la tercera ola de coronavirus en el país, las situaciones de violencia contra el personal de salud se replicaron en varios puntos del territorio y lamentablemente los empleados de los centros de testeo y vacunación de Neuquén Capital no quedaron exentos.
Por su parte, las autoridades sanitarias pidieron a los vecinos y vecinas de la ciudad tener más empatía con el personal porque dichos actos violentos afectan su salud mental. En Neuquén Capital, esta semana los centros de testeo colapsaron y se vivieron situaciones de extrema tensión.
Palabras de la directora del hospital de la ciudad
En diálogo con LM Neuquén, la directora asociada del hospital Castro Rendón de Neuquén Capital, Adelaida Goldman, aseguró que en la ciudad capitalina se experimentan episodios de violencia con algunos pacientes.
Si bien admitió que “no son frecuentes y son pocos los casos”, con uno es más que suficiente para que la salud mental de los trabajadores quede afectada, porque hace dos años son la primera línea de atención contra la pandemia.
De esta manera, remarcó: “Yo puedo tener 200 personas que agradecen, pero si tengo un caso que no, a ese trabajador le genera toda una percepción de que la sociedad no lo reconoce, que no se le da el suficiente respeto, y se siente desprotegido”.
Da bronca, da impotencia y contamos con pocas herramientas frente a tantos discursos violentos.
Para ejemplificar, la directora del nosocomio de Neuquén Capital relató que cuando llegan pacientes con síntomas compatibles con la enfermedad, muchos se ofenden y “descargan odio” al momento de ser consultados sobre la vacunación.
“Te dicen 'qué te importa si me junté', 'qué importa si tengo la vacuna, atendeme’”, detalló Goldman, aunque aclaró que se trata de “un grupo muy reducido de gente”.
Por último, la directora resaltó que “cuando somos insultados en la sala de espera, el resto de la gente escucha, mira pero no salen a decir 'tené paciencia'. Y eso hace que muchos, ante el silencio, sean cómplices del maltrato”, finalizó Goldman.