Cheesecake, un postre fácil con una historia nutritiva
Lo habrían creado los griegos y en Nueva York le dieron sello propio.
Es un postre habitual para la tarde y uno de las delicias dulces que se hizo famosa en la ciudad de Nueva York donde le sumaron su toque particular.
Más allá de eso, la historia cuenta que el Cheesecake, esta popular torta de queso se creó hace 4000 años en la Antigua Grecia, específicamente en la isla de Samos.
Para los griegos se consideraba una gran fuente de energía y según se relata en libros de historia, más cerca de nuestra era, fue el alimento de los primeros atletas de los Juegos Olímpicos.
Tuvo que llegar el año 230 d.C para que quedara documentada la primera receta de este pastel de queso. Su creador fue el escritor Ateneo y era muy fácil de hacer: se calentaba el queso en una cacerola de cobre con miel y harina, se dejaba enfriar y luego se servía.
Después el pastel recorrió Europa y llegó a América. En Nueva York, le sumaron un detalle que trascendió fronteras y lo hizo más exitoso.
En 1872, un fabricante quesero que quería emular un queso francés, obtuvo –por casualidad- uno muy suave y cremoso que dio en llamar Philadelphia Cream, lo que le sumó untuosidad y un dejo de acidez.
Más allá del queso, el Cheesecake lleva una base de masitas o galletitas a la que cada repostero le otorga un toque especial. Algunos, por ejemplo, hacen la base con galletitas Oreo.
Otros, como el chef Rodriguez Palacios –tal como la dio a conocer esta semana en su programa Qué mañana y en su Facebook- hace la masa del Cheesecake con galletitas sabor vainilla, manteca, azúcar impalpable y el toque especial: 30 mililitros de licor de naranja.
