La Facultad de Agronomía de la UBA publicó un estudio sobre energía eléctrica

En la investigación, analizan el comportamiento con respecto al consumo y la temperatura.
viernes, 17 de septiembre de 2021 · 11:15

Investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) realizaron un estudio en el que analizaron el consumo de la energía eléctrica y su variación en relación a los cambios de temperaturas, a lo largo y ancho del país. “Hay que tomar conciencia”, remarcaron.

De acuerdo a Tamara Propato, especialista en Ciencias Ambientales y Energía y una de las investigadoras que participó del proyecto desde 2016, “estudiar estas relaciones es una de las claves para enfrentar de la mejor manera los impactos futuros del consumo del insumo en las distintas regiones de Argentina".

En declaraciones a la agencia estatal Télam, detalló “la matriz energética primaria de la Argentina está compuesta por un 48% de gas natural y 40% de petróleo, es decir, combustibles fósiles, que liberan Gases con Efecto Invernadero (GEI) y son los principales generadores del cambio climático".

Propato, que también de desempeña como becaria del Conicet en el INTA, explicó que la “energía eléctrica es una fuente secundaria que puede provenir de cualquier fuente primaria, como la de los combustibles fósiles, la energía eólica, hidráulica, nuclear, solar, entre otras".

Propato: "A lo largo y ancho del país, el valor de la temperatura umbral varió entre 14 y 20°C”.

En Argentina, 65% de la electricidad se genera a partir del gas natural y el 22% con la hidroeléctrica, pero sigue siendo muy importante el gas natural o el petróleo para generarla", precisó.

De ese modo, expresó que la decisión de estudiar la energía eléctrica, en lugar del consumo de petróleo, se debió a que la primera  "es un buen estimador de la demanda total de la energía debido a que todas las energías pueden generarla".

Los cambios en la temperatura repercuten en el consumo eléctrico y, de acuerdo a Propato, una de las relaciones más comunes es la denominada “palo de hockey”. Esto "ocurre cuando el consumo aumenta solo a bajas o solo a altas temperaturas".

Por otro lado, se encuentra el consumo con forma de 'U', que se da cuando hay un crecimiento en zonas con bajas temperaturas y también, altas. “Las regiones más frías, como Comahue o Cuyo, mostraron forma de 'palo de hockey' porque sus habitantes consumen más electricidad cuando ocurren altas temperaturas y cuando hace mucho frío usan estufas a gas".

Por su parte, el norte y el litoral del país tienen un consumo de energía eléctrica del segundo tipo, en tanto "en los hogares se usan aparatos eléctricos tanto para calentar como para refrigerar los ambientes por altas o bajas temperaturas, ya que el acceso al gas de red es menor al 25%".

Propato: “Las personas tenemos un comportamiento adaptativo con respecto a la temperatura”.

 

Cambio climático

En otro tramo de la entrevista, la investigadora se refirió al impacto ambiental de la electricidad producida a base de combustibles fósiles, como el gas, el petróleo o el carbón y dijo que "hay una retroalimentación amplificadora, porque los combustibles fósiles emiten gases con efecto invernadero como el dióxido de carbono, gas metano y otros, que aumentan su concentración en la atmósfera".

"Cuando la Tierra devuelve la energía emitida por el Sol, en vez de liberarse y traspasar la atmósfera con estos gases, se retienen, entonces aumenta la temperatura del planeta, por lo cual hace más calor y a su vez aumentan los patrones del consumo de energía: a más calor más demanda de frío y a más frío más demanda de calefacción", sostuvo.

Por último, Propato consideró “necesario prestar atención a las regiones donde el consumo de electricidad es más sensible a la temperatura, como Gran Buenos Aires o las regiones del norte". Y llamó a  "tomar conciencia de dónde proviene la energía, cómo va cambiando la tecnología y la cantidad de aparatos eléctricos que tenemos en nuestro hogar".